En esta apreciación hay que tener en cuenta aquella máxima que asevera que todo depende de cómo se quiera ver el vaso, medio lleno o medio vacío.
Concretamente, en nuestro medio hay avances y también atorones, por lo que estoy de acuerdo con la senadora Lucero Saldaña de que “las mujeres no debemos esperar a un salvador que venga a cambiar el rumbo y la suerte de nuestra vida, “es hora de emprender una revolución cultural por decisión y disposición propia”.
De nada servirán leyes y políticas públicas en favor y defensa de sus derechos y oportunidades si las mujeres no estamos dispuestas al cambio, al empoderamiento, y no para confrontarse con el varón, sino para caminar a su mismo nivel.
Es el momento de decidir sobre todo si no hay conformidad con el estatus asignado por patrones heredados.
Cuál es la situación a la que nos enfrentamos y en la que vive la mujer en México hoy en el 2018?
Podemos sumar los avances en materia jurídica, social, educativa y laboral; pero aún queda un pesado saldo por atender en los terrenos políticos, la inclusión social y desde luego en materia de justicia.
En algunos círculos, las mujeres se mantienen como en el siglo pasado, en la lacerante pobreza y violencia; desafortunadamente tienen que lidiar con el abuso, la intimidación, el machismo o la discriminación desde su hogar, la familia, su comunidad, centro de estudios y de trabajo.
Es conveniente tener en cuenta que de acuerdo con el INEGI, las mujeres hoy somos el 51 por ciento del padrón electoral, lo que habla de la fuerza y presencia del sexo femenino en la sociedad. Es el 40 por ciento de la población económicamente activa y en el marco de la cuarta revolución industrial tenemos que avanzar y gozar de mejores condiciones para disfrutar de una vida plena, feliz, que no se dan por decreto, sino con los hechos del día a día de entrega, compromiso y defensa de nuestros derechos.
Poblano rescata Magdala
El descubrimiento arqueológico considerado ‘el más importante’ en Tierra Santa, con orgullo hay que destacar que está dirigido por un poblano, Juan Solana, sacerdote de la orden de los Legionarios de Cristo, quien trabaja al frente del Centro Magdala.
Se considera que en este punto vivió Magdalena y es el lugar exacto en el que Jesús comenzó su ministerio.
Los primeros trabajos de las excavaciones representan un acontecimiento mayor para la iglesia, dado de que se tiene la primera sinagoga construida hace más de 2 mil años.
Por lo que el trabajo del poblano Juan Solana es significativo e importante. Representa desenterrar todo lo que representó el espacio en el que Jesús reflexionó y oró hace más de 2 mil años, cerca del mar de Galilea.
Hay que destacar que el hallazgo comenzó en el 2009, cuando el padre Juan Solana pretendió construir un centro vacacional para peregrinos, y un tractor puso al descubierto los primeros indicios de lo que representaba.
Los trabajos confirman que en ese lugar además de la sinagoga operó hace más de 2 mil años un mercado, un banco de pesca, cuatro baños rituales judíos y mosaicos de una zona interna, el muelle y el puerto.
Para dimensionar la trascendencia del hecho, el padre Juan Solana consideró que el hallazgo puede ser equiparable al hallazgo de una nueva fortaleza petrolera.
La historia de este descubrimiento comienza en el 2004, cuando el padre Solana, que dirige el Centro Notre Dame en Jerusalén del Instituto Pontificio, complejo de un siglo de antigüedad que suministra instalaciones y un punto de reunión para que los peregrinos cristianos pasen la noche, lo que lo llevó a pensar en construir unas instalaciones similares en la región de Galilea, donde la Biblia dice que tuvieron lugar la mayoría del ministerio y milagros de Jesús.
Cirugías con robot
Un médico poblano, José Carlos Arroyo Kuribreña, urólogo especializado en laparoscopia, de la planta de especialistas del hospital Ángeles y catedrático de la Universidad Anáhuac, ganó la codiciada beca de la American Urological Association que cada año selecciona a 5 especialistas en el dominio de la laparoscopia de cualquier parte del mundo.
Esta ocasión correspondió la distinción al eminentemente José Carlos Arroyo Kuribreña calificado por su propio currículum y buen nombre.
La beca consiste en pasar a formar parte durante un año, del equipo del Dr Ashutosh Tewari en el renombrado hospital Monte Sinaí, Medical Venter de Nueva York, para trabajar en cirugía robótica, de la cual es pionero con reconocimiento en todo el mundo
La distinción llena de orgullo al Hospital Ángeles y a la Universidad Anáhuac por este éxito de uno de los personajes que forman parte de su Consejo Consultivo Académico.