Lunes, 29 de Abril del 2024
Martes, 29 Mayo 2018 02:31

Nerviosismo en Morena: agreden a reportera de CAMBIO

Nerviosismo en Morena: agreden a reportera de CAMBIO Escrito Por :   Gabriel Sánchez Andraca

En su columna del pasado viernes, ‘Tiempos de Nigromante’, Arturo Rueda se refirió a lo que muchos ciudadanos suscribirían sin dudar “No me preocupa Andrés Manuel López Obrador, si llegara al poder, sino que la preocupación surgiría por mucha de la gente que lo rodea”.


 

          Entre esa gente que está cerca del candidato de Juntos haremos historia están los guardaespaldas de Miguel Barbosa que agredieron a nuestra compañera de CAMBIO, Marisol Córdoba, por haberle hecho una pregunta al candidato respecto a la acusación que le hacen de usurpación de funciones al ejercer como abogado sin serlo.

 

          Dos motivos pudieron ser el origen de la agresión: la intolerancia de los morenistas que sería sumamente peligrosa para el país si llegaran al poder, pues de un plumazo se acabaría con la libertad de pensar y de expresarse en este país, o el miedo que se manifiesta con actos de ese tipo, por sentirse en desventaja cuando faltan cuatro semanas para finalizar las campañas políticas.

 

          El párrafo que no tiene desperdicio de la mencionada columna, dice “Tengo la certeza de que con el advenimiento del triunfo de López Obrador en la elección presidencial surgiría un nuevo país. El problema es que, a cinco semanas de la elección, comienza a darme miedo qué tipo de país será ese.

 

         “No por el tabasqueño, sino por la tropa de fanáticos que por primera vez tendrá el poder para ejecutar sus vendettas históricas y exhibir sus complejos personales”.

 

            Ese es el problema realmente. A Morena se le han adherido últimamente muchos priistas, muchos perredistas y muchos panistas y no los más recomendables, por cierto, sino todo lo contrario.

 

             Agredir a un representante de la prensa, y mujer, además, es algo que no puede pasarse por alto. Es una muestra de que en ese grupo de mexicanos, que puede llegar al poder, hay gente que carece de todo lo que se requiere para ocupar un cargo público: no tienen ideología, no tienen sensibilidad política y social, no tienen oficio y se han pegado al carro de un exitoso aspirante a la Presidencia, para ver qué pueden obtener de provecho personal.

 

            Su ignorancia de lo que es o debe ser la política los exhibe de cuerpo entero y eso explica el temor que hay en diversos círculos de la sociedad mexicana, por la posible llegada de Morena al poder.

 

            No es el candidato, que desde hace tres campañas  ha venido exponiendo sus ideas y sus planes de gobierno, es la gente que ahora se le ha pegado para sacar adelante sus proyectos personales.

 

            Los candidatos presidenciales de Morena y PAN-PRD, Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, hicieron campaña política el pasado fin de semana en territorio poblano.

 

             Ayer comentamos algo de lo que dijo en Huauchinango el candidato de Morena.

 

              Anaya estuvo en Cuetzalan acompañado de la candidata panista a la gubernatura del estado, señora Martha Erika Alonso y arropados ambos por seis de los 12 gobernadores panistas que hay en el país.

 

              Arropar es un decir: mediáticamente tal vez tenga algún efecto el que se diga que seis gobernadores se despegaron de sus estados, para estar presentes en un pueblo mágico de la Sierra Norte de Puebla, acompañando al candidato presidencial y a la candidata a la gubernatura de la entidad anfitriona, pertenecientes a su partido. Pero en la realidad, qué es lo que importa, no significa absolutamente nada.

 

                Qué pueden saber los gobernantes panistas de Baja California Sur, de Baja California, de Querétaro, de Durango, de Guanajuato y de Nayarit, para opinar sobre el trabajo del primer gobierno panista de Puebla. Es como si algún poblano fuera a sus entidades para opinar del trabajo que realizan.

 

                Ese tipo de actos políticos que no sirven para nada, absolutamente para nada, pues ni siquiera prueban, como dijo uno de los gobernadores presentes, la unidad del panismo en torno a los candidatos de su partido, porque senadores del PAN han estado contra la candidatura de Anaya y los panistas tradicionales de Puebla ni siquiera participan en la campaña local.

 

                Para desgracia de los políticos, el pueblo mexicano ya no comulga con ruedas de molino.

 

                El gobernador de Puebla, Antonio Gali Fayad y su esposa Dinorah López, que se han mantenido muy respetuosos de las campañas de todos los partidos, no estuvieron en Cuetzalan junto con los seis gobernadores panistas presentes en el acto, pero acompañaron a Martha Erika en un evento que se efectuó en otro pueblo de la Sierra Norte. Esa discreción del mandatario poblano lo ha librado de muchos problemas.

 

                Nadie puede afirmar a estas alturas quién de los candidatos presidenciales o a la gubernatura va a ganar. Las encuestas, todos los expertos en la materia lo afirman, constituyen un termómetro que nos señalan la temperatura de un momento dado, pero no son ni pueden ser definitivas.

 

                Faltan más de cuatro semanas para que se realicen las elecciones y para entonces la temperatura electoral puede variar.

 

                Los partidarios de cada uno de los candidatos se han manifestado durante las campañas, pero hay millones de electores mexicanos, decenas de miles de electores poblanos, que esperarán hasta el último momento para decidir por quién votar.

 

           Nadie puede cantar victoria. Son muchos los indecisos, son muchos los abstencionistas, que pueden ser el fiel de la balanza.

 

            Esta es una elección en la que se votará más por la persona que por el partido al que pertenezca.

 

            Para el común de los ciudadanos todos los partidos son igualmente malos: no tienen ideología o la han perdido, no tienen organización, no tienen estructura. Son tres las que pueden considerarse como fuerzas políticas, PRI, PAN y Morena. Los demás son membretes que se alquilan al mejor postor, pero que muchos consideran como necesarios para continuar con nuestro sistema democrático partidista, pues los membretes partidistas sirven para desahogar presiones dentro de los partidos, canalizando a muchos de los aspirantes de los tres partidos grandes, hacia los pequeños, que además los necesitan para integrar sus planillas de candidatos y no perder sus registros.

               

        

        

         

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