Sin embargo, existe una sensación inexplicable que genera soledad y después la tiñe de melancolía, esa sensación de haber sido utilizado: tanta actividad, tanto discurso, tanto dinero, tantas batallas y de pronto, nada. La depresión es inevitable. Las gafas obscuras y las gorras de beisbol eran sus accesorios favoritos. Solo, esperando una llamada, sin lograr nada y sabiendo que la bomba aun no podría llegar hasta esa casa enorme en Tehuacán; sin embargo, llegó el día, el ansiado momento, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que el Instituto Electoral del Estado fue deficiente y no otorgó la certeza necesaria para emitir un resultado contundente en la elección a gobernador.
La pregunta es obligada: ¿Cómo diablos podrían otorgar certeza en la elección si el personal del IEE es mediocre e incapaz? Este columnista lo escribió hace meses, la mayor parte del personal apenas tiene la preparatoria terminada, una de las asistentes privadas de la secretaria general Dalhel Lara no terminó ni siquiera el bachillerato, la elección desde el inició pintaba a ser una locura y más cuando era comandada por los honorables funcionarios electorales dirigidos por Jacinto Herrera Serrallonga.
Los ‘barbosistas’ sabían a la perfección que no podían anular la elección, las pruebas no eran contundentes, pero vaya que el coscorrón al morenovallismo fue brutal. La soberbia nunca será buena consejera, por más que quieran hacerla pasar como una dama anónima, ella siempre resaltará y Rafael y Martha Erika lo deben entender. Hoy los ‘barbosistas’ tienen cooptado el Congreso del Estado, controlan 49 ayuntamientos y la mayoría son estandartes electorales. La candidatura de Martha Erika se tambalea y con ello se afianza la realidad que es ineludible: Morena cada día se vuelve invencible.