Martes, 23 de Abril del 2024
Miércoles, 28 Febrero 2018 02:43

DEBATE EN OFERTA

DEBATE EN OFERTA Escrito Por :   David Peral Rodríguez

El murmullo de los pasillos era insoportable; por todos lados de aquellas oficinas se respiraba la hipocresía y acaso el breve aire de las traiciones transitaba lentamente. Todos sabían que el guardar secretos en tiempos de portento generaba gracia y simpatía. Hoy, solo genera duda, rencor y misterio.


En las oficinas del PAN la paranoia empezó a brotar, no era para menos, en los cuarteles generales de Ricardo Anaya los focos rojos empezaron a encenderse y es que el político más joven, aquel queretano aficionado de la música, aquel que destrozo la ideología humanista del partido, ese muchacho que caminaba los cielos de México y Atlanta para ver a su familia, ese mismo jovenzuelo esta inmiscuido -más pronto de lo que se pensaba- en un escándalo grave de lavado de dinero, y quiero aclararle que no es grave por el delito en sí, es grave porque esto que vemos es el preámbulo de lo que veremos en esta contienda presidencial. Ningún partido se salva, todos están integrados en el infierno absurdo de los escándalos. Ningún vocero es digno de merecer atención a la hora de debatir, en ellos solo encontramos descalificaciones, chantajes, revanchismo y un abanico risible de argumentos.

 

Allí tenemos el ejemplo del presidente del partidazo, resulta bochornoso escuchar los alaridos de Enrique Ochoa Reza, es un tipo desafortunado, sus declaraciones son pésimas, se suponía que el trabajo sucio de la campaña de Mead lo haría Lozano, un personaje odiado, equiparable en tuits a un Trump enfadado. Sin embargo, Ochoa Reza insiste en ser el payaso más desagradable del partidazo, ni como ayudarle, el partidazo tendría que poner su renuncia en la mesa, no ha sabido defender y solo entorpece mas el asenso de un Mead francamente incomodo con la campaña. Si el partidazo no hace nada los escándalos los seguirán alcanzando y la elección se perderá en el tercero, en el mejor de los casos en el segundo.

 

Con Morena las cosas son como siempre han sido desde aquel ¡Cállate Chachalaca! La fórmula de Andrés Manuel ha cambiado, pero sus operadores siguen trabajando con aquel discurso combativo y descalificativo. El caso de Yeidckol Polevnsky es la muestra clara de que el discurso de los congraciados con el mesías tropical no ha cambiado, ni que decir de los miles de seguidores anónimos que defienden a capa y espada a López Obrador. Los errores de los demás candidatos son las virtudes de Andrés Manuel, así de irracional es el debate.

 

Es muy cierto que una campaña debe tener cierta chispa picara, el escandalo es el aderezo perfecto, el electorado se regocija con estos sucesos y es que gracias a ellos la gente puede ver la miseria que guardan aquellos hombres y mujeres que se montan a sus camionetas de lujo. Al final la fórmula de Pepe el toro se aplica también a la perfección en los procesos electorales, y claro que sí, al debate público de nuestro país.

 

Si ya de por si el nivel del debate en la pre campaña fue detestable y bajísimo, ahora nos tocará ver una puesta en escena llena de corruptelas, de artimañas y de muchísima suciedad. En estos comicios resultara ganador quien este menos sucio o quizá el que no se manche tan rápido. Una verdadera lástima.

 

En esa misma oficina donde la inmundicia es la reinante se escuchaban los susurros de los peones, susurros apenados y rencorosos porque los de arriba siempre van a salir beneficiados. Los de arriba gritaban por no obtener el puesto o candidatura deseada, los más ingratos reían gozosos por la desgracia del candidato. Y así, los eslabones se lamentaban y seguían adelante, después de todo la política así es ¿o no?

 

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