¿En qué momento el azul se confundió con el amarillo y el amarillo con un tono muy Dantesco? ¿En qué momento perdimos de vista a México? ¿Cuándo se perdió México? Somos unos cobardes, todos lo lanzamos a las fauces de la ignominia, la arrogancia y de la temible ignorancia. ¿Cuándo lo perdimos? Nos hemos perdido.
Estas preguntas retumban en nuestras mentes apenas y sale a la luz pública los grandes escándalos de la política nacional. Nos enteramos hace poco que una de las grandes enemigas de AMLO hoy es una de sus grandes aliadas. También, nos hemos enterado que en el PRD no existe autonomía, ni mucho menos democracia y allí vemos danzar a los jilgueros alrededor de un Anaya falso con la ciudadanía.
Ni qué decir de Morena, ese partido que podría ser digno de un estudio amplio y vasto de Maquiavelo o de Alexis de Tocqueville. Ese partido donde no exista democracia y su propio líder es considerado casi deidad religiosa. El partido donde se burlan, son incendiarios con los demás que no están de acuerdo con ellos. Y es que acaso todo lo que esté sucediendo en nuestra cotidiana vida no sea más que la consecuencia de nuestros propios actos. Somos una sociedad que en definitiva no lucha por su salud política, al contrario, la ha denostado y en tantas ocasiones como ha podido la mancilla con intolerancia en sus discursos.
Se creía que el despunte de las redes sociales provocaría que jóvenes impulsarán un actuar crítico y responsable en torno a la política de nuestro país, el resultado es penoso, millones de jóvenes en redes sociales propagando discursos de odio, creyéndose dueños de la verdad absoluta y siendo los perfectos demagogos de nuestro siglo, los porros de los setenta convertidos a milenialls de redes sociales.
Nuestra realidad política está inmersa en un campo amplio de lodo, y retomando las enseñanzas de Manuel Castells, los jóvenes con las tecnologías a disposición tendríamos que ser los salvadores, sin embargo, nuestra realidad es funesta y en muchas ocasiones sombría. Quedará para la posteridad nuestro papel como agentes de cambio o repetiremos al más puro estilo Freudiano los patrones que nos han hecho tanto daño. El tiempo -como siempre- será nuestro mejor consejero y acaso nuestro terrible verdugo.
Me llama la atención que el partidazo no entienda de sus errores pasados. Los acuerdos en lo obscuro despiertan la ira de la militancia, siempre ha sido así y está ocasión no será de manera diferente. Queda claro que el rumor de que Chidiac pueda ser el abanderado para contender por la silla de casa Puebla es -por desgracia del tricolor- más cercano. Y es que los cuadros más preparados como Juan Carlos Lastiri o Enrique Doger están siendo relegados para cumplir con un supuesto acuerdo. De cumplirse este acuerdo, será sin duda un tiro de gracia para el PRI. Esperemos que todos los actores políticos sigan siendo prudentes y solo lancen mensajes sicilianos en sus redes sociales. Ojalá la respuesta sea contundente para poder darle la batalla a un partido raptado por RMV y a un Morena cada día más amenazante.
Entre líneas
Desde hace tiempo empiezan las contiendas en las juntas auxiliares, y es que los liderazgos que representen a la población que en teoría se encuentra alejada será aquella que tome decisiones fundamentales en nuestro estado. Hay un caso que me llama mucho la atención, la de Ángel Soto Limón en San Jerónimo Caleras, seguro estoy, que es un gran perfil, preparado académicamente y de una trayectoria intachable. Un ciudadano que merece ser tomado en cuenta en los próximos comicios.