El viernes pasado, el consejero del honorable instituto, José Luis Martínez, descartó que existieran ‘focos rojos’ en nuestro estado el día de las elecciones. Para este consejero la delincuencia que impera en nuestro estado es una fantasía, una falla en la realidad que sufrimos los poblanos. Y vaya que se equivoca el consejero, más cuando vemos a diario balaceras, asaltos, violaciones, feminicidios y demás circunstancias realmente desalentadoras. Tan sólo el 30 de marzo asesinaron al candidato del PRI del municipio de Francisco Z Mena, en los municipios como Quecholac u Ocoyucan; los índices de violencia son alarmantes. Sin embargo, el consejero, dice que no existen los ‘focos rojos’, el dice que la elección se llevará en paz y absoluta calma. Ojalá fuera cierto.
Llama mucho la atención que el personal que labora en el IEE sea testigo ferviente de lo que vive nuestra mancillada democracia y no digan nada. Será acaso que Jacinto Herrera Serrallonga no se percate de lo terrible e incapacitados que se encuentran algunos de los elementos con los que trabaja, será acaso que la secretaria ejecutiva Dalhel Lara Gómez no revise los perfiles más competitivos para estas elecciones. Porque de algo debemos estar seguros, esta elección será una carnicería, en ella, los partidos se disputan el todo por el todo.
En el acuerdo donde la junta ejecutiva del IEE aprueba la planilla de personal permanente de fecha 12 de enero de 2017, saltan a la vista perfiles poco competitivos y profesionales. Existen personajes como María Morales M, quien ni siquiera terminó la preparatoria; sin embargo, esos son los personajes que serán los paladines de la democracia en nuestro estado. Una verdadera lastima que los ideales de Madero se pongan a la venta, que los institutos que deberían cuidar y ser observadores de la elección mas grande de México no tengan conocimiento académico alguno, ya ni hablar de conocimientos electorales.
Pablo Majluf en su ensayo ‘Cállate Chachalaca. Los enemigos del debate en México’ realiza una radiografía de los personajes e instituciones que detestan el debate público, lo aborrecen pues son unos verdaderos ignorantes. Viene a colación esta referencia ya que el Instituto Electoral del Estado parece ser que odia el debate, no desea organizar foros de expresión, ni mucho menos abrir la posibilidad de que existan más debates oficiales. Todo esto es el resultado evidente de la falta de preparación de sus empleados.
Los tacones seguirán sonando. Los ‘mapaches’ disfrazados de paladines democráticos estarán siempre allí para hacer el trabajo de espía de los hombres que tienen el poder, sin embargo, para desgracia total de los poblanos la democracia real y profesional tan solo será una quimera, por lo menos en estas elecciones. El tiempo será nuestro mejor aliado o acaso nuestro peor enemigo.