A escasas 48 horas del arranque de las campañas en Puebla, cinco integrantes del Consejo General del IEE han puesto en peligro la elección de los 217 ayuntamientos, así como la integración del Consejo local, con consecuencias imprevisibles para la legalidad de las autoridades emanadas de este proceso. Al día de hoy nadie conoce la integración de las planillas que compiten, ni los nombres de regidores y suplentes, ni las fórmulas de diputados por ambos principios…. ¡de todos los partidos políticos, coaliciones y candidaturas comunes!

 

Hace una semana se aprobó el acuerdo para el registro de las planillas en una votación dividida en el Consejo General, pues Luz Alejandra Gutiérrez y José Luis Martínez rechazaron la imposición de la mayoría morenovallista por una serie de ilegalidades, entre ellas que no les permitieron la consulta aleatoria de los expedientes. Ello provocó una agria discusión entre esos dos consejeros contra sus cinco pares, pero también contra los representantes de los partidos ligados al morenovallismo.

 

En esa discusión, José Alarcón perdió los papeles de ‘fea forma’ pese a su experiencia y terminó insultando a Gutiérrez Jaramillo, y aunque después se disculpó públicamente, con su nerviosismo evidenció que los morenovallistas estaban haciendo un ‘cochinero’ con el registro de todos los partidos, especialmente con los vinculados al grupo en el poder.

 

Pero a la hora de revisar el acuerdo, resultó que no venían los nombres ni de las fórmulas a los 217 ayuntamientos, ni los de los candidatos a diputados por mayoría relativa o por representación proporcional. Sólo establecía que esos registros estarían contenidos en un anexo que se publicaría por estrados en el Periódico Oficial del Estado y en el de mayor circulación.

 

Pero una semana después nada de esto ha ocurrido. Ni en estrados, ni en el Periódico Oficial ni en El Sol de Puebla. Al día de hoy no hay certeza ni legalidad, y tampoco nadie sabe bien a bien el orden de las fórmulas, regidurías, suplencias y listas plurinominales de diputados.

 

Como todo mundo piensa mal de esa mayoría de cinco consejeros que forman Jacinto Herrera, Claudia Barbosa, Federico González, Flor de Té y el impresentable Juan Pablo Mirón, se entiende que se trata de una jugarreta para que el morenovallismo pueda ‘manosear’ las listas y hacer cambios pese a que el plazo legal para ello ha expirado.

 

Como esa información llega a Las Fuentes mediante el circuito Dalhel Lara-Miguel David Jiménez, el morenovallismo se enteró a quiénes postularon los de Morena y los del PRI, así como el orden de sus regidores, por lo que en una semana tuvo tiempo para atraer a los descontentos e incluso integrarlos a las planillas de sus partidos satélites. Todo un ‘marranero’ con el visto bueno de esos cinco consejeros.

 

El periodo de Federico González y el de Flor de Té, designados por tres años, se acaba después del proceso electoral, por lo que nadie duda que harán todo lo que les ordenen. Jacinto Herrera, aunque se sabe bajo vigilancia estricta del INE, actúa siempre bajo la intervención de Dalhel Lara, así como del “asesor externo” Miguel David Jiménez, quien debe aprobar todos sus movimientos.

 

La presión continuará creciendo, pero el Consejo General ya está roto tras la escenita del viernes. Por un lado irán Luz Alejandra y José Luis Martínez, y el otro la mayoría morenovallista de cinco consejeros, a quien no se les reclama su parcialidad conocida, sino hacer las cosas mal y poner en riesgo la elección de las autoridades.

 

¿Había necesidad de ‘secuestrar’ el anexo de las candidaturas y no entregarlo a 48 horas del arranque de campaña? Posiblemente sí, pero con eso se han puesto en la mira de los consejeros del INE. Y nada garantiza que las cosas salgan como las esperan.