El primer impacto del tsunami lopezobradorista va a pegar en Puebla capital. Los candidatos a diputados federales de Morena, como Fernando Manzanilla, ya hacen cuentas alegres y hasta practican cómo van a tomar protesta en San Lázaro pues sus últimas encuestas les dan de 15 a 20 puntos de ventaja. Incluso en el Distrito 9 de la capital, donde Aguilar Chedraui ha trabajado de sol a sol, dice que Guillermo Aréchiga ya se despegó seis puntos.

Sin embargo, del lado morenovallista llegan noticias optimistas, pues Eduardo Rivera Pérez ha sabido resistir la ventaja con la que inició la disputa por la alcaldía de Puebla capital frente a la novata Claudia Rivera Vivanco, quien ha desempañado un dignísimo papel en la carrera por la presidencial municipal pese a que fue la última candidata que Morena designó.

La encuesta municipal de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) establece que el panista le saca 9 puntos de ventaja a Rivera Vivanco, un colchón suficiente para resistir el primer impacto del tsunami. Esa diferencia se traduce en alrededor de 81 mil votos sobre la candidata de Juntos Haremos Historia.

La contienda, lógicamente, se centra entre Lalo Rivera y Claudia, pero la encuesta confirma que el gran perdedor se llama Guillermo Deloya, quien entró a la contienda con alrededor de 11 puntos y ahora va en 6.6, es decir, perdió poco más de 4 puntos en estos dos meses. Se convirtió en el gran lastre de Enrique Doger y pinta para obtener menos de 100 mil votos, la votación más baja en la historia del tricolor en Puebla capital.

Cuesta creer que alguien que presumía de tanta experiencia y conocimientos electorales, y que por mucho tiempo se haya vendido como el nuevo rostro del tricolor, tenga resultados tan lamentables. Su designación es un error histórico de Enrique Ochoa Reza y ni la llegada de René Juárez Cisneros le dio un poco de impulso. El PRI en la capital se desfondó.

La activista Paola Migoya no lo hizo mal. No tiene posibilidades de ganar, pero le va a sumar fuerte al Verde con sus 5 puntos. En el mismo margen anda Víctor Gabriel Chedraui, quien seguro le robó esos puntos a Guillermo Deloya, el fracaso histórico del PRI.

La candidatura del líder sindical Gonzalo Juárez fue de risa. Con todos los agremiados del Ayuntamiento no le alcanza para sobrepasar los 2 puntos de intención de voto. Lo mejor para él y sus propios agremiados sería declinar en favor de Lalo para que el panista asegure la victoria.  

Claudia Rivera Vivanco es la única figura que las bases de Morena lograron colar a una candidatura importante, pues todas las demás se las llevaron los advenedizos, a tal grado que un día de estos Juan Carlos Natale será designado dirigente estatal. Sin experiencia electoral previa, más cercana a los movimientos sociales que a los manoseos partidarios, la juvenil candidata se tornó en toda una revelación.

Su problema, todos los saben, es que inició como desconocida, con 4 por ciento de conocimiento, y terminará la campaña con casi 50 por ciento. Le faltó tiempo y apoyo de las estructuras de Barbosa, quienes se pasaron haciéndole una guerra interna quién sabe con qué objetivo.

Nadie encontró cadáveres en el clóset para golpearla, y tuvieron que recurrir a involucrar a la familia de uno de sus coordinadores en un acto vil.

Con más tiempo y apoyo, Claudia pudo acercarse más a Lalo, quien se convierte en el gran dique del morenovallismo y si gana Martha Erika, mucho le va a deber a su candidato a la alcaldía que supo resistir el tsunami en la capital.

Es un buen colchón, pero no definitivo. Dependiendo de la fuerza del tsunami, será ventaja suficiente de Lalo, pero Claudia Rivera Vivanco todavía puede ganar. 9 puntos es una buena ventaja, pero una votación masiva la puede derrumbar.