En la conferencia de prensa para anunciar las acciones jurídicas para impugnar la elección a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa es un paria entre triunfadores: todos los que lo rodean, impulsados por el ‘tsunami’ lopezobradorista, ya tienen ‘chamba’ asegurada para los próximos años. Lo miran como a un desvalido.
La gráfica es elocuente. Claudia Rivera ya es presidenta municipal. Armenta y Nancy, senadores. Manzanilla, diputado federal. Maurer, diputado local. Biestro, diputado local ‘pluri’.
Barbosa se ve fuera de lugar. El único que reprobó mientras todos sus amigos aprobaron el examen sin estudiar. Como ya no tiene necesidad de fingir vitalidad, arriba a la conferencia de prensa para organizar su teoría del fraude en su carrito móvil que escondió durante la campaña para no parecer minusválido.
El ego del senador con licencia no tolera la idea de que ni siquiera el impulso de López Obrador pudo llevarlo a la gubernatura, mientras que a los demás Morenos los hizo senadores, diputados, alcaldes.
Por la mañana, Barbosa se ha llevado un fuerte disgusto: en cadena nacional, en el noticiero de Carlos Loret, el encuestador Roy Campos reconoce que se equivocó en la encuesta de salida que le daba ventaja de 10 puntos en la disputa por la gubernatura. Así, como si nada, el estafador de Consulta Mitofsky reconoce que las encuestas de salida “fallan y esta falló”.
Loret entrevista al candidato de Morena, quien en su tono áspero clásico al sentirse incómodo con los medios, rechaza aceptar la victoria de Martha Erika Alonso. “Me quieren robar la elección”, repite varias veces.
Pero nadie tiene claro cómo le quieren robar la elección y él no se explica muy bien.
Su primer argumento es que el Conteo Rápido del INE no tomó en cuenta toda la muestra. No miente: los científicos sólo llegaron al 73 por ciento. Pero en el caso de la elección presidencial, los mismos nueve científicos sólo llegaron al 67.5 por ciento de la muestra y nadie dudó de sus resultados. La muestra de Puebla fue más grande.
Un compañero de Loret le recuerda que el Conteo Rápido del INE le dio ventaja a Morena en la elección presidencial y en otros estados. El senador responde que él no sabe qué pasó en otros estados, pero que a él le robaron.
Rodolfo Rivera Pacheco del BEAP no da ninguna explicación a su error mayúsculo doble, pues se equivocó en la encuesta de salida a la gubernatura, pero también a la alcaldía. Dijo que Claudia le ganaba a Lalo por 22, pero sólo fueron 12, según el PREP. Sólo afirma en su Twitter que nunca se ha (había) equivocado.
Ya en la rueda de prensa, Barbosa se enreda en los argumentos con Santiago Nieto. El atrabancado ex fiscal de la Fepade dice que toda la elección puede anularse, mientras los Armenta, Manzanilla, Claudia, Maurer, con sus victorias en la mano, lo miran con ojos de “y nosotros por qué”. El senador con licencia corrige al abogado Nieto. “No queremos la anulación de la elección, sino que se respete mi triunfo de 10 puntos, me quieren robar la elección”.
La teoría del fraude se tambalea por un hecho: en la presidencial, en la del Senado, en la de diputados federales, alcaldes, diputados locales y por supuesto, en la de la gubernatura, se votó en las mismas casillas. Los mismos funcionarios de casilla contaron los votos. Todos tuvieron los mismos representantes de partido.
¿Por qué la elección en Puebla es legal para López Obrador, los senadores, diputados federales, alcaldías, diputados locales, y sólo es inválida para Barbosa? ¿Cómo pudieron cometerle fraude sólo a él y robarse la elección?
Al revisar los rangos de votación de los candidatos de Morena: López Obrador obtuvo 57 por ciento de los votos, pero no hubo 6 de 6. Nadie siguió la directriz del tabasqueño y se impuso el voto diferenciado entre los poblanos.
Del millón 445 mil poblanos que votaron por el tabasqueño, 584 mil no lo hicieron por Barbosa. El voto cruzado lo acuchilló. De hecho, porcentualmente hablando, es el candidato de Morena menos votado en la entidad. Ni siquiera parece que llegará al millón de votos.
El tabasqueño tiró línea: voten todo Morena, 6 de 6. Yeidckol dijo que quien no lo hiciera así era un traidor a la patria. Queda claro que los poblanos tenemos nuestro propio criterio y nos gusta el voto diferenciado.