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Jueves, 26 Julio 2018 02:10

Los treintañeros, que no los millennial, llegaron al poder

Los treintañeros, que no los millennial, llegaron al poder Escrito Por :   Arturo Rueda

En apenas ocho años la vieja clase política que gobernó Puebla se jubiló o fue jubilada a fuerzas. Ahora tener 60 años en la política poblana es lo mismo que llevar la etiqueta de dinosaurio antediluviano en el rostro. Y eso pasa porque, a partir de 2018, mandan los treintones, especialmente los nacidos a finales de los 70, principios de los 80 del siglo pasado


 

Da lo mismo en vencedores que en vencidos: una nueva clase política se avecina a gobernar Puebla. En Morena esa nueva generación está representada por Claudia Rivera Vivanco, Gabriel Biestro y las decenas de alcaldes que gobernarán algunos de los municipios más importantes del estado. A excepción de dos o tres figuras recicladas, la inexperiencia en asuntos de gobierno es la característica de todos ellos porque provienen de los movimientos sociales.

 

Ocurre lo mismo en los vencedores: tres de los cuatro perfiles que dio Martha Erika Alonso a conocer como parte de su equipo de transición nunca han estado en puestos de primer nivel o toma de decisiones. Gozan de la confianza de la gobernadora electa, pero Franco Rodríguez, David Rosas Armijo y Sandra Izcoa son relativamente nuevos y sólo Eduardo Tovilla tiene camino recorrido.

 

En apenas ocho años la vieja clase política que gobernó Puebla se jubiló o fue jubilada a fuerzas. Ahora tener 70 años en la política poblana es lo mismo que llevar la etiqueta de dinosaurio antediluviano en el rostro. Y eso pasa porque, a partir de 2018, mandan los treintones, especialmente los nacidos a finales de los 70, principios de los 80 del siglo pasado.

 

Aunque Moreno Valle forjó una nueva clase política, la mayor parte de ellos era conocida como integrantes del famoso Grupo Finanzas que se formó cuando el ex gobernador regresó a Puebla. Pero de casi todos ellos, el único que tiene vigencia futura es Luis Banck, pues muchos ya prefirieron retirarse como Cabalán Macari o Ángel Trauwitz, a otros las derrotas los marcaron como a Mario Rincón o Aguilar Chedraui, e incluso Eukid Castañón, con todos los galones para continuar ejerciendo una posición de auténtico poder, prefiere hacerse a un lado.

 

No podemos olvidar que una de las imágenes del proceso poselectoral más simbólicas fue la de Eukid Castañón zarandeado por la turba de morenistas que asaltaron violentamente el Hotel MM. Precisamente, quien fuera el hombre más poderoso del morenovallismo quedó grabado inerme, desarmado y hasta cuasi linchado, señal del agotamiento de la clase política que arrancó hace ocho años con el ex gobernador.

 

El descenso de la edad en el ejercicio del poder es vertiginoso. Veamos algunos ejemplos.

 

Dos posiciones clave en el Ayuntamiento capitalino, por ejemplo, son controladas por menores de 35 años. David Aysa es titular de Infraestructura con sólo 31 años y Silvia Argüello de Julián maneja la Sedesol con 33. Ellos probablemente nacieron con el terremoto del 85 o con el Mundial de México 86. No significa que sean inexpertos, simplemente que se trata de una nueva generación.

 

Igual pasa con el gobierno estatal. En Infraestructura manda Xavier Albizuri con apenas 35 años, la misma edad que Gerardo Islas quien regresará a Sedeso en unos días antes de asumir su diputación local.

 

Con sus 36 años, Claudia Rivera Vivanco está más cerca generacionalmente de los chavorrucos que de los millennial, y con ella gobernando el ayuntamiento capitalino, más y más jóvenes se incorporarán al ejercicio del poder público, aunque no necesariamente se trate de edad. Por ejemplo, Javier Palou, su jefe de oficina, nunca había estado vinculado a ninguna actividad gubernamental, sino al activismo y al movimiento de López Obrador desde el 2006.

 

¿Esta falta de experiencia o de nuevos perfiles será mejor para la ciudad o no? No lo sé, simplemente es y así hay que aceptarlo.

 

Por ejemplo, en el próximo Congreso local si hubiera una mesa de decanos ésta le correspondería presidirla al joven-viejo José Juan Espinosa, quien ocupará una curul por tercera ocasión con sus cuarenta y tantos. Incluso en una época fue conocido como el ‘Niño Naranja’. Fuera de él, prácticamente todos son novatos, incluido el coordinador de Morena, Gabriel Biestro.

 

Les pasa lo mismo a los tres personajes más relevantes que tendrá el morenovallismo. Gerardo Islas, ya dijimos, anda en sus 35, mientras que Marcelo García Almaguer y Oswaldo Jiménez andan apenas sobrepasando los 40. En el caso de García Almaguer hasta podría decirse que es un joven veterano pues él viene desde el Grupo Finanzas, aunque en este caso la diputación será un reto totalmente nuevo.

 

Digámoslo con nostalgia, pero con realismo: los treintañeros ya llegaron al poder y prácticamente con ello arriba una nueva clase política que no es mejor ni peor, simplemente nuevos hombres y mujeres que retiraron a las ‘vacas sagradas’ con apellidos consagrados. Mejor hacerse a la idea de que los cuarentones para arriban ya sólo pintamos como chavorrucos.

 

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