El encabezado de la columna del periodista Fernando Maldonado era impactante: “Va PGR por Paisano Arias; lavado de dinero, entre otros delitos”.
El texto de la noticia era menos impactante por su brutal ignorancia. Palabras más, palabras menos, decía que la PGR había liberado una orden de aprehensión en contra del edil de San Andrés Cholula derivado de una averiguación previa por lavado de dinero y “otros actos de corrupción”.
Para el lector medianamente informado, tal texto hacía merecedor al director de Parabólica del ‘burrito de oro 2018’ por su redacción digna de un asno, con perdón de los asnos: la PGR no libera ordenes de aprehensión, sino los jueces del Poder Judicial Federal tratándose de ese delito.
Pero leyendo el documento que acompañaba la “exclusiva” del periodista, todo se hacía más raro. Sobrepasaba la ignorancia habitual del periodista ‘etílico’, famoso por transmitir en Facebook Live una comida en Casa Puebla del gobernador Tony Gali con directivos de medios. (Sobra decir que Maldonado fue vetado de las fiestas gubernamentales por lo que resta del ‘minigobierno’).
De entrada, es imposible que en pleno 2018 se integrara una “averiguación previa”, pues éstas desaparecieron con la entrada en vigor del Nuevo Sistema de Justicia Penal para dar paso a las carpetas de investigación.
Luego, no existen delegaciones de la PGR en el Distrito Federal, pues el Distrito Federal ya desapareció en los ordenamientos jurídicos para dar paso a la Ciudad de México y su abreviatura CDMX. Otra falsedad.
Tampoco existe el delito de “corrupción”, por lo menos hasta que López Obrador y su mayoría de Morena lo legislen en el Código Penal.
Total, la supuesta “orden de aprehensión de la PGR vs Paisano” era más falsa que un billete de 30 pesos.
Por supuesto, pensé que la publicación de Maldonado era un acto de imbecilidad, aunque pasé por alto que su carrera periodística está marcada por la publicación dolosa de mentiras.
Por ejemplo, en 2010 dio a conocer el video de las ‘Princesas de Atlixco’, el supuesto testimonio de una fiesta de travestidos en la que aparecía Rafael Moreno Valle. Ese video era tan malo en su edición como con tan ‘mala leche’ que el periodista Maldonado fue vetado por todo el sexenio de cualquier medio de comunicación medianamente serio.
Otra mentira dolosa fue cuando repitiendo las injurias de Jorge Estefan Chidiac afirmó que el SAT me investigaba y habría pronta acción penal por el delito de evasión fiscal. Han pasado dos, tres años desde esa mentira, y nada.
O cuando armó la trama del espionaje desde oficinas gubernamentales en tiempos de Moreno Valle, culpando a Eukid Castañón, pero la PGR cerró la investigación sin consignar a nadie.
La supuesta orden de aprehensión de la PGR contra Leo Paisano pasó de imbecilidad del periodista a un acto de extorsión que ya fue denunciado por el edil de San Andrés Cholula en la Fiscalía General del Estado.
Según Paisano, declaró ayer en conferencia de prensa, la noche previa a la publicación “se comunicaron con él” ofreciendo bajarle al escándalo mediático si se reunía con él y el denunciante. Queda claro que quien se comunicó con él fue el periodista Maldonado.
Ante las consecuencias penales que se avecinan en la Fiscalía, el director de Parabólica buscó salir por peteneras: pedirle perdón al edil de San Andrés y reconocer la falsedad del documento, la supuesta orden de aprehensión liberada por la PGR. Hasta ahí, ‘ridiculazo’.
Pero no se trata del error en el que todos los periodistas hemos incurrido y seguiremos incurriendo: el engaño de una fuente, la alteración de un documento, las buenas intenciones que terminan en pésimos resultados.
Se trata de la actitud sistemática del ‘periodista etílico’ Maldonado: mentir dolosamente desde el periodismo. Ahora, dio un paso adelante: extorsionar, según Paisano, por lo que procedió a la denuncia.
Ya veremos cómo termina el tema en la Fiscalía recordando dos antecedentes del ‘periodista etílico’: las ‘Princesas de Atlixco’ y la red de espionaje comandada por Eukid.
No errores periodísticos, sino mentiras dolosas.