Por segunda ocasión el grupo de Ricardo Anaya le jugó chueco a Rafael Moreno Valle, quien todavía la semana pasada ‘desgranaba la mazorca’ con su equipo interno sobre la conveniencia de buscar realmente la dirigencia nacional del PAN o usar esa ambición como señuelo para negociar la coordinación de la bancada en el Senado.

 

A cinco días de que el nuevo Congreso de la Unión entre en funciones, al ex gobernador poblano le cerraron uno de los caminos. Damián Zepeda se autodesignó como coordinador de los senadores panistas, unos minutos antes o unos después, no importa, de renunciar a la dirigencia nacional.

 

Moreno Valle, cuentan, enrojeció de la furia y decidió guardar silencio, igualito que cuando Ricardo Anaya le birló la candidatura presidencial del Frente por México. En ese momento, como en éste, juegan en su contra los temas de Puebla y Martha Erika Alonso.

 

El queretano le tomó la medida a las fintas del ex gobernador poblano y entendió rápido su método: juega alto para negociar, pero no está en su naturaleza romper, sino traicionar. Por ello, ha sido inclemente con él a costa de debilitar más y más a Acción Nacional.

 

Una última encuesta de Massive Caller colocó al poblano, junto con Diego Fernández de Cevallos, como los personajes mejor posicionados para encabezar la nueva dirigencia. Sin embargo, Moreno Valle no tenía clara la ruta de apostar fuerte, porque el primer reto que afrontará esa dirigencia el próximo año es la gubernatura de Baja California.

 

Las encuestas dicen que, 30 años después, el PAN va a perder la primera gubernatura que ganó en su historia. Y Moreno Valle no quiere debutar cargando esa cruz.

 

Pero entre una y otra cosa, el grupo político del queretano aprovechó los tiempos para darle ‘jaque mate’ y cerrarle uno de sus caminos al imponer a Damián Zepeda como coordinador en la Cámara Alta, quien le ofreció al poblano una vicecoordinación a cambio de calmarlo.

 

El ex gobernador quisiera trinar, pero no puede. La amenaza es que en caso de rebelarse, el caso de Martha Erika Alonso en el TEPJF perderá toda protección del CEN panista. Tampoco puede vomitarse en Zepeda, pues apenas hace unos días Alonso Hidalgo difundió la reunión con el ex dirigente nacional como una muestra de fortaleza.

 

La realidad es que, sin el fallo del TEPJF que ratifique la victoria de Martha Erika, todo pende de un hilo, porque los magistrados del tribunal electoral han demostrado que de un fallo a otro pueden inventarse la aplicación de “criterios novedosos”, como le pasó a Samuel García con el tema de la playera de los Tigres.

 

‘El Tigre’ Moreno Valle, pues, tiene el hocico amarrado: no puede gruñir, no puede morder. Como ocurrió en la definición de la candidatura presidencial, el ex gobernador poblano ha debido ‘apechugar’ el ‘autodedazo’ de Damián Zepeda como coordinador panista en el Senado para no debilitar la posición de Martha Erika Alonso en el TEPJF, aunque todo amenaza que su postura será volcánica al interior de Acción Nacional después del trago amargo.

 

Vapuleados en lo electoral, el grupo de Ricardo Anaya no pretende soltar ninguno de los espacios de poder en el PAN como camino hacia la autodestrucción del partido. Lo hacen con cierta lógica: son tiempos de resistir, y entre menos burros, más olotes.

 

Si alguien se va, pues mejor. Y si los poblanos se ponen al brinco por el nuevo ‘agandalle’, colocando en situación precaria a Martha Erika en el TEPJF, pues ni modo.

 

Anaya se ha propuesto destruir al PAN. Con Damián Zepeda en el Senado y Marko Cortés en la dirigencia nacional van que vuelan en esa dirección.

 

Se espera que el gobernador poblano mueva ficha. Acepte la vicecoordinación o, en un acto de desesperación, se lance contra el anayismo que otra vez lo hizo morder el polvo.