La primera semana de Claudia Rivera Vivanco sólo dejó dos novedades en el estilo de ejercer el poder municipal. La primera, relativa al uso de tenis en actos oficiales, hecho que fue festejado ampliamente por las feministas radicales, y dos, la designación de una titular de la SSPTM que carece de cuenta de Twitter para que los ciudadanos se comuniquen directamente con ella. Fuera de eso, no se percibe ningún tipo de transformación sino el mantenimiento del mismo estilo que caracterizó a Doger, Blanca, Lalo, Gali y Banck, es decir, el ‘PRIAN’.

Por supuesto que es ingenuo esperar cambios de fondo en apenas una semana. Pero si en la agenda pública positiva del nuevo gobierno sólo se encuentran los tenis de la alcaldesa, un tema soberanamente superfluo, es que ningún mensaje real de cambio pudo ofrecer Rivera Vivanco tanto en su toma de protesta como en siete días de ejercicio gubernamental.

Visto lo visto hasta ahora, Claudia Rivera es la reproducción de la misma manera de gobernar del PRI en los últimos 30 años, o ni siquiera eso. Veamos.

Una costumbre de los alcaldes del ‘PRIAN’, por lo menos en las cinco administraciones, fue facultarse para firmar convenios o contratos sin necesidad de que pasen por Cabildo para evitarse enojosas discusiones o posicionamientos en contra, ya sea de sus aliados o de la oposición. Lo hicieron así Doger, Blanca, Lalo, Gali y Banck en su primera sesión extraordinaria. ¿Y qué creen? Que Claudia Rivera y Morena replicaron el modelo de opacidad. Es decir, la alcaldesa podrá eludir la participación de los regidores, además que la sociedad no se entere qué se hace con el presupuesto, pues la obligación de informar sólo se hace a través de la noticia administrativa.

En otros sentidos, Rivera Vivanco fue algo peor que el ‘PRIAN’, pues los alcaldes de los últimos 20 años desplegaban una actividad frenética en sus primeros 100 días: arranques de obras, visitas a las dependencias, reuniones vecinales y un estilo de ejercer el poder. Ya luego ponían pausa y bajaban el ritmo.

En su discurso de toma de protesta, Rivera Vivanco no anunció nuevos programas ni un proyecto de obras emblemáticas. Todas las concesiones como Citelum siguen sin afectaciones, y lo único que se canceló fue la Vía Recreativa —el paseo ciclista en el Centro Histórico— y el Miedo Fest, propio de las fechas del Dia de Muertos, actividades muy apreciadas por algunos poblanos. El pretexto es que el presupuesto ya está comprometido.

Su primera semana fue para peor al designar a Lourdes Rosales como titular de la SSPTM por muchas razones que incluso han sido críticas por grupos adherentes de Morena como el Movimiento Antirreleccionista. La ex rectora de la Academia Zaragoza tiene un conocimiento teórico-académico de lo que es la función policial, pero ninguno práctico u operativo, pues no se le conocen antecedentes en ninguna corporación, actividad previa de mando o participación en operativos de seguridad.

Aquí el gusto se rompe en géneros. Algunos dirán que es suficiente el conocimiento teórico-académico en diplomados o maestrías, pero otros pensarán que es imprescindible haber formado parte de alguna corporación. Yo no lo tengo claro, pero creo que los cuerpos de seguridad aprecian más a los mandos formados en sus filas que a un teórico por más preparado que se encuentre. Por ello al frente de la Sedena se designa siempre a un general de alto rango, no a un estudioso de la milicia o las fuerzas armadas.

Lo que sí queda claro es que Lourdes Rosales es impermeable al contacto ciudadano, a diferencia de Manuel Alonso y Alejandro Santizo, los anteriores titulares de la SSPTM, quienes recibían reportes y contestaban desde su cuenta de Twitter. Algunos dirán que para eso está la cuenta oficial de la SSPTM y de qué servían que Alonso tuviera un canal directo de comunicación si de todos modos continuaban los asaltos y la inseguridad.

El problema es de fondo. Hasta ahora Claudia Rivera no ha revelado cuál es su planteamiento en materia de seguridad pública, pues la delincuencia no le interesa el cambio de gobierno ni las peticiones de “tantita paciencia” que hizo la alcaldesa. Lo peor es que Lourdes Rosales se apareció en las instalaciones de la SSPTM en Rancho Colorado hasta el viernes, cinco días después de la toma de protesta del gabinete.

Pero lo peor es que la alcaldesa parece la vocera de Rosales, pues fue Rivera Vivanco la que salió a justificar que no se enteraron del linchado en la Central de Abastos, y luego como a dar detalles de lo ocurrido en los desmanes de ‘La Fayuca’. ¿Qué acuerdos hay entre ellas? ¿Una será la que dé la cara y otra trabajará encerrada a piedra y lodo? ¿Por qué Claudia aceptó ese trato?

Total, nada nuevo ofrece Claudia excepto el ruidoso festejo de las feministas radicales al hecho de que la alcaldesa se presentó a un acto oficial en tenis y no en zapatos de tacón, con los que según el grupo Bronco, las nenas se ven mejor que con zapatos de piso. Cuestión de gustos, pues ni los tenis ni las zapatillas hacen más eficiente a alguien ni mejor tomador de decisiones.

Y si los tenis de la alcaldesa acaparan la discusión como único “logro”, pues se confirma el pésimo arranque de la Cuarta Transformación en Puebla capital.