Si no fuera trágico lo de Gabriel Biestro y José Juan Espinosa, en su papel de conspiradores para desaparecer poderes, es muy cómico pues no se conoce otro caso de diputados que destinen dinero de sus bolsillos para publicar un desplegado en un ‘diario fifí’ —de hecho el más caro del país— en el que piden… ¡quedarse sin trabajo!
No fue muy inteligente su movida. El desplegado del berrinche nacional contiene una amenaza que afecta sus propios bolsillos: la desaparición de poderes involucraría también a la LX Legislatura en funciones que, evidentemente, es uno de los poderes que desaparecería en el remoto caso de que el Senado decidiera abordar el tema.
Los columnistas Enrique Núñez y Rodolfo Ruiz ya han dado cuenta del absurdo de la petición conforme a la Ley Reglamentaria del artículo 76 de la Constitución Federal, que establece las causales y procedimientos para que pueda proceder en el Senado de la República. Resulta ocioso profundizar dado que la situación en Puebla no cumple con ninguna de las cinco causales establecidas en el artículo 2 de esa Ley Reglamentaria.
Suponiendo sin conceder que Biestro y ‘JJ’ sabían de la existencia de la Ley Reglamentaria, y que conocen que la situación en Puebla no se aplica a ninguna de esas causales, ¿por qué decidieron gastarse más de 300 mil pesos para comprar una plana en el diario Reforma, ‘periódico fifí’ por excelencia, para publicar su berrinche-desplegado?
La respuesta es muy lógica. En la medida en que sólo Yeidckol Polevnsky acompaña a Luis Miguel Barbosa en su demanda de anular las elecciones, la plana mayor de Morena y el equipo de López Obrador están metidos de lleno en la recta final de la transición gubernamental, afinando organigramas, proyectos de desarrollo, presupuestos y plantillas laborales.
Sólo quedan cinco semanas para que López Obrador asuma la Presidencia y en el próximo Gobierno federal ya nadie se acuerda del caso Puebla, especialmente luego de que la ‘boda fifí’ alejara del primer círculo presidencial al principal detractor de los Moreno Valle. Los altísimos costos mediáticos provocaron que se apagara la voz principal que instigaba la anulación como venganza.
Esas cinco semanas, además, son la recta final para todos los que tendrán una responsabilidad en el Gobierno federal, quienes andan concentrados en afinar todos los detalles, que van desde el presupuesto destinado, los ahorros potenciales, la conformación de las plantillas de trabajo y un sinfín de detalles. El tic-tac del reloj es implacable en su cuenta atrás.
En esa lógica ya nadie pela ni a Barbosa, ni a Biestro ni a José Juan. En ese sentido, el desplegado publicado en Reforma es un acto desesperado para llamar la atención de la cúpula nacional de Morena, a la que sienten alejada de sus demandas por anular los comicios que el ex senador perdió en las urnas, pero quiere ganar en la mesa.
Si Biestro y José Juan tenían un caso auténtico de desaparición de poderes, éste pudo procesarse internamente con el jefe de la Oficina de AMLO, Poncho Romo, o con alguno de los personajes influyentes del primer círculo presidencial, como los hijos mayores del tabasqueño.
No en balde el desplegado está dirigido, en primera instancia, a López Obrador, y luego de los líderes de las bancadas de Morena en San Lázaro y en el Senado, así como los presidentes de las mesas directivas en ambas cámaras.
La clave del desplegado se encuentra en el párrafo cuarto: “Es necesario que el Congreso de la Unión y el próximo gobierno de la República fijen una posición clara en contra de quienes pretenden mantener sus privilegios por medio de sus relaciones políticas y económicas con diversos personajes, servidores públicos y fuerzas políticas. Si el gobierno estatal continúa con este boicot, con toda responsabilidad y apego a la Constitución y a las leyes, impulsaremos que el Congreso del Estado de Puebla solicite al Senado de la República, declare la desaparición de poderes.
Subrayo la primera línea: “Es necesario que el Congreso de la Unión y el próximo gobierno de la República fijen una posición clara en contra de quienes pretenden mantener sus privilegios por medio de sus relaciones políticas y económicas con diversos personajes, servidores públicos y fuerzas políticas”.
Ver para creer: Biestro, José Juan y otros 20 ingenuos diputados locales de Morena fueron lanzados a exigir una definición política a López Obrador, al próximo Gobierno federal y las cámaras, sobre el caso Puebla, lo que confirma que en CDMX ya nadie les hace caso y todos dan por cierto que no hay causales legales para la anulación.
Este episodio demuestra que, día a día, la causa de la anulación de la elección se queda más sola que una higuera en un campo de golf. Lo que no se había visto es que Biestro y compañía presionaran al próximo Gobierno federal de López Obrador para golpetear en Puebla mediante un desplegado a los ojos de todos, lo que indica que su influencia interna es igual a cero.