Viernes, 26 de Abril del 2024
Martes, 13 Noviembre 2018 04:25

El pueblo bueno anda suelto… y envalentonado

El pueblo bueno anda suelto… y envalentonado Escrito Por :   Arturo Rueda

Este pueblo bueno, envalentonado, puede ser que se asemeje al famoso Tigre que nadie en México quiere soltar, o quería, pero que solito se va soltando. Si es así, hay ocasiones en que se ha comido a su domador. Porque la naturaleza fiera del pueblo está ahí, y la reconoció Hobbes en Leviatán, capaces de cometer todo tipo de atrocidades en nombre del Bien Mayor o del Bien Común


 

En estos tiempos de Cuarta Transformación manda el pueblo, y más vale que se vayan acostumbrando, nos alecciona López Obrador. Para él, esa afirmación es sólo una fachada para justificar su toma de decisiones, como ocurrió con la consulta chafa para tumbar el NAICM. Todos entienden eso menos el pueblo que lo escucha, le cree y ahora anda envalentonado tratando de ejercer su poder de cualquier forma posible.

 

La categoría histórica del ‘pueblo’ —con gran diferencia conceptual a la ciudadanía—se convierte en justificante ético para todo, fundamentalmente para la venganza de los ‘chairos vs los fifís’, las mayorías desposeídas contra las minorías opresoras. El pueblo entiende que la victoria de López Obrador les da permiso para todo en nombre de la lucha contra la corrupción.

 

Lo mismo para frenar y enterrar las obras con el NAICM en Texcoco con la pérdida de miles de millones de pesos, empleos y oportunidades de desarrollo, que para parar el tránsito de la autopista México-Pachuca durante más de 19 horas en reclamo a un supuesto operativo policial abusivo realizado por la SSP de CDMX en el municipio de San Juan Ixhuatepec en Tlalnepantla.

 

Miles de mexicanos, vehículos, mercancías, quedaron varadas casi un día, 20 horas, con los consiguientes costos económicos, sociales, de tiempo. Daños colaterales de la acción del pueblo bueno, que además se dio el lujo de quemar patrullas, saquear tiendas aledañas y exhibir que ellos mandan, no las autoridades ni las instituciones.

 

A ojos de todo el país, un grupo de jóvenes encapuchados, armados con palos, piedras y tubos, bloquearon desde la madrugada una de las principales vías de acceso a CDMX sin que ninguna autoridad los molestara. Incluso atravesaron un tráiler para que nada ni nadie pasara por ninguno de los dos sentidos de la autopista.

 

Una división completa tuvo que recuperar el tramo, ya por la noche de ayer, y el jefe de gobierno de la CDMX, José Ramón Amieva, les terminó ofreciendo disculpas.

 

En Puebla algo así pasó hace unos meses, cuando pobladores de Tlahuapan bloquearon la autopista a CDMX reclamando supuestos adeudos de sus tierras en la construcción de la vía. Sus acciones paralizaron el tránsito durante horas y fueron tan eficientes que acabaron cobrando más de 700 millones de pesos en cheque exhibido ante todos los medios de comunicación.

 

Del otro lado de la autopista, rumbo a Veracruz, los pobladores de la junta auxiliar de Palmarito Tochapan bloquearon la autopista a Veracruz durante varias horas, azuzados por Alejandro Martínez Fuentes, el hermano que no es el hermano del capo conocido como ‘El Toñín’, pero que sí es alcalde del municipio de Quecholac.

 

Ahora, al amparo de la 4T, las comunidades del sur de la capital, así como los vecinos de la zona de Valsequillo, se alzan en armas contra RUTA 3. Unos porque no quieren un transporte que es más caro —dicen— y otros porque reclaman vueltas a la izquierda para ingresar a sus fraccionamientos. Que nadie dude que cuando Antonio Gali haga el primer recorrido, se los va a encontrar bloqueando los carriles confinados.

 

Este pueblo bueno, envalentonado, puede ser que se asemeje al famoso Tigre que nadie en México quiere soltar, o quería, pero que solito se va soltando. Si es así, hay ocasiones en que se ha comido a su domador. Porque la naturaleza fiera del pueblo está ahí, y la reconoció Hobbes en Leviatán, capaces de cometer todo tipo de atrocidades en nombre del Bien Mayor o del Bien Común.

 

Si no es a través de bloqueos violentos, el pueblo bueno querrá consultas para frenar proyectos económicos, obras de infraestructura, acciones gubernamentales y cualquier día, revertir resoluciones judiciales. AMLO fortalece esta creencia del poder del pueblo lanzando una nueva consulta sobre el Tren Maya para el que ya tiene fecha de arranque, y otra para ver si el pueblo bueno quiere ser beneficiado por programas sociales.

 

Desde entonces, toda la teoría política se ha movido en encontrar los equilibrios para que el pueblo ejerza su poder pero no de forma directa, sino a través de representantes. El pueblo bueno suelto, como la Historia lo comprueba, le acaba cortando la cabeza a los reyes, a sus gobernantes, y a quienes se le crucen enfrente.

 

López Obrador cree que domina al Tigre. A ver si el Tigre no acaba comiéndoselo a él.

 

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