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Jueves, 22 Noviembre 2018 04:08

Paren las prensas: el 28 de noviembre es el Día Cero

Paren las prensas: el 28 de noviembre es el Día Cero Escrito Por :   Arturo Rueda

Si la política es momento y oportunidad, López Obrador tiene la oportunidad de dar un puñetazo en el tablero para que en Puebla haya juego nuevo, es decir, nuevas elecciones en las que un candidato competitivo de Morena pueda hacerse del gobierno en comicios extraordinarios el próximo año, sin necesidad de esperar que trascurra todo un ciclo político de seis años


 

Si la política es momento y oportunidad, como definió un brillante analista poblano de cuyo nombre no quiero acordarme, en polémico video, Andrés Manuel López Obrador no va a perder la oportunidad de apropiarse del territorio poblano impulsando con toda su fuerza la anulación de la elección en Puebla para el próximo 28 de noviembre, el Día Cero en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y ya no el 26, como originalmente se enlistó.

 

Si la política es momento y oportunidad, López Obrador tiene la oportunidad de dar un puñetazo en el tablero para que en Puebla haya juego nuevo, es decir, nuevas elecciones en las que un candidato competitivo de Morena pueda hacerse del gobierno en comicios extraordinarios el próximo año, sin necesidad de esperar que trascurra todo un ciclo político de seis años.

 

En el largo periodo de transición, una de las políticas centrales del tabasqueño es la ocupación política del territorio nacional mediante la creación de la figura de los Delegados de Bienestar que, adscritos directamente a la Presidencia, se encargarán de bajar recursos federales, entregar programas sociales directamente a los beneficiarios e incluso sentarse a las mesas de seguridad pública con los gobernadores.

 

Con tanto poder, en realidad López Obrador los perfila para convertirse en candidatos a la gubernatura. Esos ‘virreyes’ o ‘superdelegados’, además, serán respaldados por subdelegados, pero también por los 266 mandos de la Guardia Nacional, según la división territorial que se planea para el nuevo cuerpo de seguridad.

 

El intelectual Héctor Aguilar Camín define esto como un nuevo centralismo, un adiós al federalismo basado en dinero y fusiles. “Son dos maneras complementarias de ocupación del territorio desde el centro. Una, política, financiera y administrativa. La otra, militar y policiaca”, dice el autor de La Guerra de Galio.

 

El proceso de ocupación territorial son los preparativos de una invasión para desplazar a los gobernadores del PRI, del PAN y del PRD para ser sustituidos por candidatos de Morena que, presuntamente, serán los mismos que ejercían de delegados de Bienestar o los delegados de la Guardia Civil encargados de la pacificación de los territorios.

 

En el caso de las gubernaturas disputadas el 1 de julio, las fuerzas de Morena se quedaron con CDMX, Chiapas, Veracruz, Tabasco, Morelos y perdieron Jalisco, Yucatán y Guanajuato. En estas tres últimas, para ir a su conquista, López Obrador deberá esperar seis años y ya será una misión del próximo candidato presidencial de Morena (si es que AMLO no se reelige).

 

Lo mismo pasaría en el caso de Puebla si el TEPJF confirma la victoria de Martha Erika Alonso: deberá conformarse en gobernar con ella los seis años de su periodo. Y para 2024 se la jugarán entre Rodrigo Abdala —su ‘superdelegado’ y amigo personal de Andy— contra Alejandro Armenta, Nancy y quizá Claudia si es capaz de recomponer su gobierno. No duden que la locura del poder afecte a Gabriel Biestro.

 

Pero si el TEPJF tumba la elección, ese proceso ya no tendrá que esperar a 2024, sino que se adelantaría a 2019, cuando Morena, con un candidato competitivo, podría hacerse de una vez con la gubernatura y avanzar en el plan de ocupación territorial.

 

Si la política es momento y oportunidad, López Obrador hará hasta lo imposible para tumbar la elección en el TEPJF, no por Barbosa, sino para tener otra chance de ganar el gobierno de Puebla, ahora sí con un candidato competitivo.

 

Pensar otra cosa es un acto de ingenuidad. Y ya se sabe que en la política no hay sorpresas, sino sorprendidos.

 

El desenlace lo veremos el 28 de noviembre de 2018, tres días antes del arranque oficial de la Cuarta Transformación.

 

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