Jueves, 25 de Abril del 2024
Viernes, 23 Noviembre 2018 04:40

Alea iacta est

Alea iacta est Escrito Por :   Arturo Rueda

Moreno Valle, otra vez, dejó en ridículo a sus malquerientes que vociferaban que Marko Cortés y la élite panista no lo iban a dejar llegar. Ahora, es tiempo de cerrar la pinza con el fallo del TEPJF que, si se ciñe a criterios legales, no tiene otra que confirmar la victoria de Martha Erika Alonso pese a los ánimos expansionistas de la Cuarta Transformación y sus ansias centralistas


En víspera del resolutivo de los siete magistrados del TEPJF, la política en Puebla se ha vuelto surrealista.

 

Y, si se anula la elección, lo que viene todavía puede ser peor. O sin duda lo será.

 

Durante casi cinco meses, más de 150 días, los poblanos hemos vivido un proceso de transición que no tiene puerto. Nos movemos en la incertidumbre, en círculos, porque nadie sabe a ciencia cierta cómo terminará todo.

 

Pocos son los privilegiados que tienen dirección y saben a dónde van.

 

 

Ahí está el caso del aborrecido pero eficiente Rafael Moreno Valle, quien, después de perder la candidatura presidencial, puso rumbo a la coordinación del PAN en el Senado, y ayer finalmente lo logró tras una travesía larga.

 

En el ‘inter’ de esa travesía, además de colocarse a sí mismo como senador plurinominal, logró que su esposa fuera candidata a gobernadora y ganara la elección en Puebla por más de 100 mil votos, pese al tsunami de López Obrador.

 

Los costos pagados fueron altos, pues se perdieron Puebla capital, los principales municipios del estado y además, dolorosamente, el Congreso local, lo que engendró a ese ser que representa todo el surrealismo de la política local que es José Juan Espinosa.

 

El golpeteo dedicado a impedir que arribara a esa coordinación, falló. La ofensiva a través de Nancy de la Sierra y de Alejandro Armenta tuvo pólvora mojada.

 

Moreno Valle, otra vez, dejó en ridículo a sus malquerientes que vociferaban que Marko Cortés y la élite panista no lo iban a dejar llegar.

 

Ahora, es tiempo de cerrar la pinza con el fallo del TEPJF que, si se ciñe a criterios legales, no tiene otra que confirmar la victoria de Martha Erika Alonso pese a los ánimos expansionistas de la Cuarta Transformación y sus ansias centralistas.

 

La realidad política se ha modificado sustancialmente tras el primero de julio. En la batalla de ese día, Alonso sólo tenía el consejo de Rafael y de seis ‘samuráis’ que se jugaron todo en una misión suicida digna del filme dirigido por Akira Kurosawa.

 

Pero hoy, el buque del CEN panista, tras sentar al ex gobernador en la coordinación de la Cámara Alta, navega unido en torno a la causa de retener la gubernatura de Puebla con Martha Erika Alonso. Ya no se trata solamente de ellos, los Moreno Valle, sino que la acuerpan el CEN, los gobernadores albiazules, senadores, diputados federales, cabilderos, empresarios y un largo etcétera.

 

Todos ellos saben que deben construirse islas de resistencia frente al centralismo, militarismo, consultofilia y demás contradicciones que representa la Cuarta Transformación.

 

El trabajo de ganar la elección se hizo, de que ésta resistiera todos los parámetros legales del Derecho Electoral.

 

Ahora sólo falta el momento político que parece estar de lado de López Obrador, pero al que le surgen islas de resistencia que no tenía en su momento.

 

El proceso de descomposición de las élites es evidente. No soy de los que cree que todo tiempo pasado fue mejor, pero la degradación es evidente.

 

¿Qué va de figuras como Melquiades Morales, Guillermo Pacheco Pulido, Manuel Bartlett, a las caricaturas que tenemos en personajes como José Juan, Biestro, Marcelo, ‘Gerry’ y compañía?

 

Lo del Congreso local ya se veía venir, como dice Moderatto: la chispa adecuada estalló al finalizar la Junta de Gobierno y Coordinación Política.

 

Todos se achaparraron excepto Rocío García Olmedo, quien parece ser la única figura con categoría dentro de ese Congreso ridículo y ridiculizable.

 

Si el TEPJF tumba la victoria legal de Martha Erika, empoderará a José Juan y compañía. Más surrealismo a nuestras vidas.

 

Si el TEPJF ratifica, habrá un nuevo momentum en la política local para que se acabe el ridículo de los últimos cinco meses.

 

Como diría Julio César: la suerte está echada.

 

Alea iacta est

 

Es hora de cruzar el Rubicón.

 

 

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