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Martes, 27 Noviembre 2018 03:54

El fracaso del feminismo radical y la muerte de Karla Fernanda

El fracaso del feminismo radical y la muerte de Karla Fernanda Escrito Por :   Arturo Rueda

La preocupación por la violencia de género concita una unanimidad pocas veces vista entre la clase política de Puebla, pero también entre la sociedad. Sin embargo, ahora que el 50 por ciento de los cargos públicos se distribuyó obligatoriamente al género femenino, es el momento en que menos apoyo hubo en la marcha.


 

Planteada como movilización histórica, la marcha por el día naranja en contra de la violencia de género del 25 de noviembre de 2018 en realidad puede ser considerada como un fracaso histórico. Pese a que la causa es una de las que genera unanimidad en Puebla, apenas un contingente de 200 mujeres salió a recorrer las calles del Centro Histórico.

 

El fracaso histórico tiene que ver con la raquítica movilización, también con sus efectos: menos de 24 horas después de la marcha, una chica universitaria de apenas 22 años murió al salir de su casa para dirigirse al Centro Universitario Cristóbal Colón, donde estudiaba la carrera en Derecho. Aparentemente se resistió a un asalto en la colonia Roma del norte de la Angelópolis y murió de un balazo en el tórax.

 

El de Karla Gonzales Español es el feminicidio número 90 en Puebla, y con esta tendencia es probable que se alcancen o rebasen los 100 feminicidios ocurridos en 2017, de acuerdo con el conteo hemerográfico de los medios de comunicación, porque según las cifras de la Fiscalía de Carrancá, sólo acontecieron 22 casos.

 

La preocupación por la violencia de género concita una unanimidad pocas veces vista entre la clase política de Puebla, pero también entre la sociedad. Sin embargo, ahora que el 50 por ciento de los cargos públicos se distribuyó obligatoriamente al género femenino, es el momento en que menos apoyo hubo en la marcha.

 

Ya no se trata de ausencia en los cargos de poder político: ahora hay decenas de diputadas locales, alcaldesas, dos senadoras, centenas de regidoras, y entre los cargos de decisión hay más mujeres que nunca. Claudia Rivera Vivanco, Karina Pérez Popoca, Norma Layón, Marisol Cruz, Lupita Vargas son las alcaldesas representativas.

 

Puebla tiene dos senadoras, Nancy de la Sierra y Nadia Navarro. Dos presidentas de partido. Y muy probablemente después del fallo del TEPJF, una gobernadora con Martha Erika Alonso.

 

De ese cúmulo de poder, solamente Rocío García Olmedo se apareció por ahí, y ya tarde, luego de cumplir sus obligaciones con el ‘barbosismo’ llegó la diputada Nora Escamilla. También anduvo por ahí Mónica Silva, la titular del Instituto Poblano de la Mujer. Realmente la movilización se llenó, pero de desaires.

 

El problema no es la causa, pues un estado con 91 feminicidios no puede soslayarla ni regatearle importancia, al grado de que todos los gobiernos se han movilizado para crear programas, proyectos y políticas públicas de prevención.

 

¿Entonces qué falló?

 

¿Por qué siguen muriendo tantas mujeres ya que el género femenino conquistó tantos espacios de poder?

 

Una hipótesis es que las feministas radicales se han adueñado de la causa, lo cual asusta a cualquier mujer promedio de apersonarse en una marcha que pueda acabar en actos violentos, como ocurrió cuando la movilización en pro de la despenalización del aborto terminó en actos vandálicos contra el patrimonio histórico, como pintas en la Catedral, el Congreso, y varios edificios públicos y privados.

 

Mientras que todo Puebla censuró esos actos vandálicos, solamente las radicales se felicitaron rabiosamente entre ellas. Se repitieron hasta el cansancio la idea de que las paredes se despintan pero las mujeres muertas no vuelven, una consigna estúpida y sin sentido.

 

¿Resultado?

 

Pues solamente las radicales se quedaron con la idea de hacer una movilización que resultó histórica por lo raquítica, no por ayudar a visibilizar un tema que acabe con las muertes violentas como la de Karla Fernanda, la chica universitaria de ayer. Una mujer de apenas 20 años, entusiasta y apasionada por su carrera de derecho.

 

¿Qué se está haciendo mal en relación a la violencia de género y este tipo de convocatorias?

 

Pues que las actitudes sectarias y revanchistas de odio contra el género masculino, así como los relatos de la dominación machista-patriarcal, alejan incluso aun a los más entusiastas. Mientras el radicalismo domine la causa, será difícil conjuntar más apoyos.

 

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