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Jueves, 06 Diciembre 2018 03:15

Lo que se juega la 4T en la Segunda Vuelta

Lo que se juega la 4T en la Segunda Vuelta Escrito Por :   Arturo Rueda

Por muy Cuarta Transformación, por muy impulso de AMLO, por más que tengan ‘superdelegados’, programas de bienestar, gobernador interino, diputados y senadores, siempre hay un riesgo de derrota que se reduce al mínimo con el candidato más competitivo. ¿Ese candidato más competitivo es Barbosa? Y aunque Yeidckol lo desee, quien decidirá será López Obrador


 

La Cuarta Transformación necesita triunfos, escribió antier Federico Arreola en SDP Noticias, acerca de la necesidad de ir preparando la justa olímpica Tokio 2020.

 

Pero antes de eso, en la Segunda Vuelta de la elección de gobernador de Puebla, la Cuarta Transformación va a tener su primera victoria... o derrota.

 

Si sigue adelante la presión para ‘tumbar’ la elección de Puebla, la 4T se va a probar en las urnas antes de cumplir tres meses en el poder, con el riesgo que eso implica: fortalecerse si gana, debilitarse si pierde.

 

Es decir, Puebla se convierte en un pronto termómetro de cómo avanza el proyecto de López Obrador.

 

Perder no es un lujo que pueda darse el tabasqueño, porque inmediatamente se traduciría como que el cambio de régimen pierde fuelle, se está desinflando, que el presidente pierde popularidad, y un largo etcétera. Puebla podría convertirse en su primera crisis política, que no económica.

 

López Obrador tendrá tres problemas si ‘tumba’ la elección.

 

Uno, él ya no va en las boletas, por lo que la participación ciudadana en la Segunda Vuelta con muchos trabajos llegará al 50 por ciento, aunque en realidad podría ser cercana al 42 por ciento de la elección de ‘minigobernador’ en 2016.

 

Dos, su proyecto se ha contrastado con la realidad en los meses de transición, con el incumplimiento de muchas de sus promesas. No son muchos, pero ya son algunos los decepcionados. ¿Cuántos?

 

 

Puebla podría medirlo: del millón de votos que obtuvo su candidato a la gubernatura en 2018, ¿Cuántos obtendría en 2019? ¿100 mil, 200 mil, 300 mil menos?

 

Tres, su candidato previsible, Luis Miguel Barbosa, tiene un gran desgaste mediático. Dentro y fuera de Morena se pide un cambio de candidato, y dentro del partido se exige un proceso de designación de candidato con base en encuestas, lo que llevaría a Alejandro Armenta a convertirse en el hombre que la ganaría caminando.

 

Será una batalla interna que provocará las primeras convulsiones en Morena por más que traten de cuidar las formas: sólo una vez cada seis años se elige gobernador. Y sólo cada un millón de años hay Segunda Vuelta tras un fallo terrible del TEPJF. No es una oportunidad que quieran perder los grupos nacionales de Morena ya en ruta de enfrentarse por la candidatura presidencial de 2024.

 

La próxima elección de gobernador sería en 2025.

 

Alejandro Armenta será un veterano de 56 años. Es mejor tomar este tren. Después, quién sabe.

 

José Juan Espinosa ya andará cerca del quinto piso, con 47 años.

 

El mejor parado en cuestión de edad será Rodrigo Abdala con 45 años, 11 menos que Armenta.

 

Como el futuro no espera, y pese a que AMLO rompió el paradigma con el tema del “viejito”, no queda claro que esa tendencia continúe.

 

En política lo que se aplaza no se verifica, así que si hoy pueden tomar la candidatura, van a tratar de pasar por encima de Luis Miguel Barbosa con una sola lógica: no podemos arriesgarnos a una derrota.

 

Por muy Cuarta Transformación, por muy impulso de AMLO, por más que tengan ‘superdelegados’, programas de bienestar, gobernador interino, diputados y senadores, siempre hay un riesgo de derrota que se reduce al mínimo con el candidato más competitivo.

 

¿Ese candidato más competitivo es Barbosa?

 

Y aunque Yeidckol lo desee, quien decidirá será López Obrador, como también decidirá el nombre del gobernador interino. ¿El tabasqueño se va a equivocar de candidato?

 

Va en juego que la racha electoral ganadora de la Cuarta Transformación continúe, o que se lleven su primera abolladura a la corona.

 

Que los conservadores ‘fifís’, como los denomina AMLO, sientan que pueden renacer en la elección intermedia de 2021.

 

¿Hay necesidad de algo así a menos de tres meses de tomar los controles del poder?

 

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