Jueves, 18 de Abril del 2024
Viernes, 13 Abril 2018 03:13

La hora de ser patriotas cuando la democracia está en riesgo

La hora de ser patriotas cuando la democracia está en riesgo Escrito Por :   Arturo Rueda

Es la hora de ser patriotas, y ser patriotas en este momento es atacar la destrucción de la democracia desde dentro de las instituciones y hacer todo lo necesario para impedir que un Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se robe la elección presidencial destruyendo, nulificando la voluntad de millones que quieren un cambio pacífico y democrático


La democracia en México está en riesgo. No es culpa de Andrés Manuel López Obrador, sino de los intereses enquistados en las instituciones que buscan frenar la llegada al poder de quien es hoy la opción preferida por alrededor del 40 por ciento de los ciudadanos que integran el padrón electoral. El tiempo para frenarlo se les acaba, pues a partir de hoy sólo quedan 85 días para hacerlo perder puntos y robarse, otra vez, la Presidencia en tiempo extra.

 

Está probado que el elenco actual del circo democrático no puede. Meade, Anaya, Margarita, no dan. Así, las élites han decidido torcer todas las instituciones y poner en riesgo la democracia para meter en la boleta a Jaime Rodríguez ‘El Bronco’ en una decisión de cuatro magistrados del TEPJF que ha causado repudio nacional por la forma vil y burda de operar. Es probable que con esa jugarreta se hayan jugado su resto, pero también es posible que si ya llegaron a ese punto puedan ejecutar cualquier deshonestidad más.

 

La decisión de esos cuatro magistrados ha convulsionado a las instituciones electorales pues el enfrentamiento entre el órgano encargado de organizar los comicios y los juzgadores es abierto. No es la primera vez que ocurre, pero ahora las desavenencias entre consejeros del INE y magistrados del TEPJF es tan ostensible como el pleito de las reinas de España, Sofía y Letizia.

 

El fallo de los cuatro magistrados que ordena registrar al ‘Bronco’ ha causado repudio unánime porque su sentencia no fue legal, sino política, además pone en ridículo a los consejeros del INE quienes decidieron negar el registro no sólo por el cúmulo de irregularidades en las firmas de apoyo, sino porque además no alcanzó el umbral legal necesario para la postulación.

 

El TEPJF decidió hacerse de la ‘vista gorda’ ante el cúmulo de irregularidades y, aceptando que no logró el número de firmas necesario, decidió su registro obligatorio con un criterio supuestamente garantista que sólo provoca risas una vez que legaliza la ilegalidad.

 

Entonces, con esos cuatro magistrados dispuestos a todo para obedecer las órdenes de aquellos que los hicieron llegar al cargo, cualquier cosa puede ocurrir en los 85 días restantes del proceso, así como en la etapa de calificación de la elección presidencial. Cuatro magistrados pueden subvertir la decisión de millones de mexicanos de llevar a López Obrador a la Presidencia.

 

Es el momento de decretar una Alerta Permanente, una guardia ciudadana para salvaguardar la democracia que han puesto en riesgo desde dentro de las instituciones. Lo hicieron en 2006 y no pasó nada. En 2012 no necesitaron apretar el acelerador, pero en 2018 parecen dispuestos otra vez a robarse la elección.

 

Hasta ahora la campaña electoral era un día de campo, pero se avecinan días tensos en los que cada mexicano deberá decidir de qué lado de la historia se va a colocar: si del mantenimiento de un sistema político económico con dos vertientes principales, la corrupción y el empobrecimiento sistemático de las mayorías, o un cambio de régimen cuyo destino es optimista pero incierto.

 

En las dos últimas elecciones presidenciales la mayoría se ha acogido al dicho de que “más vale malo por conocido que bueno por conocer”. La campaña del miedo lanzada por empresarios a través de millones de spots en 2006 permitió a Felipe Calderón alcanzar y rebasar por una micra al tabasqueño. En 2012, retornó el viejo pensamiento de que el PRI sí sabía hacerlo, y con mucho dinero apoyando al carisma telegénico de Peña Nieto, otra vez los mexicanos apostaron al “más vale malo por conocido que bueno por conocer”.

 

Entre el enojo y la desesperación, la desesperanza y la ira, millones de mexicanos fundamentalmente jóvenes quieren algo nuevo y no lo malo conocido. Pero las encuestas, las redes sociales, son insuficientes para frenar los estertores de un régimen que se sabe en riesgo mortal.

 

Es la hora de ser patriotas, y ser patriotas en este momento es atacar la destrucción de la democracia desde dentro de las instituciones y hacer todo lo necesario para impedir que un Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se robe la elección presidencial destruyendo, nulificando la voluntad de millones que quieren un cambio pacífico y democrático.

 

Ser patriota es convencer a todos los que desconfían, a los recelosos, a los dubitativos. Si Cepillín lo sabe, es imposible que los demás no sepan cuál es el único camino válido para este país.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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