Muy rápido le ‘tumbó los dientes’ López Obrador a Carlos Slim ante su defensa del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM): si es tan buen negocio para el futuro del país, pues que lo haga con su dinero. Pero lo relevante no es quién ganó este primer round, sino las consecuencias del enfrentamiento entre el hombre más rico de México y el hombre que encabeza las preferencias para convertirse en el próximo presidente.

 

En el sistema ‘PRIAN’, economía y política van de la mano para hacer negocios. Políticos y empresarios intercambian prebendas, información privilegiada, ‘moches’, beneficios. Así se hizo Slim de Teléfonos de México, construyó su emporio, primero se volvió el hombre más rico del país y luego uno de los multimillonarios del mundo. Es, quizá, el principal beneficiario de ese sistema inaugurado en 1988, el hombre que no se equivocaba de candidato porque tenía dinero de sobra para darle a todos.

 

O no se equivocaba. En 2012, aunque también le apostó a Peña Nieto, Slim se convirtió en uno de las afectados con las reformas impulsadas por el mexiquense, ya que la aprobada en materia de telecomunicaciones partiría su emporio en Telmex, además se le negó el triple play para poder acceder a la televisión.

 

Slim se convirtió en enemigo de Peña Nieto y, para blindarse, compró participaciones accionarias en The New York Times, el periódico más influyente del mundo. En 2014 se dijo que el enojo de Slim contra Peña se reflejaba en la cobertura estadounidense a los escándalos de corrupción, Casa Blanca y Ayotzinapa. Se dijo que era la ‘mano detrás de la cuna’ que movía a Aristegui y sus investigaciones.

 

Así como es tradición en el priismo, al mandamás de Telmex lo apaciguaron concediéndole el diseño y la parte gruesa del NAICM a finales de ese año. Perdió con la reforma en telecomunicaciones, pero ganó cuando se hizo público que la obra más importante del sexenio y del que viene fue diseñada por la asociación de los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero, yerno del ingeniero.

 

(Y eso de que “perdió” es relativo, porque apenas el IFT ordenó la separación funcional de Telmex que todavía puede ser combatida en tribunales).

 

Slim no quiere perder la compensación que recibió, ni los miles de pesos que metió en el NAICM a través de las afores Inbursa, obra que López Obrador ha puesto en la polémica dentro de la campaña presidencial. Tan grave es la situación que, contrario a su estilo y a la antigua colaboración que tuvo con el tabasqueño, el Ingeniero salió a defender públicamente sus intereses y perdió, porque AMLO le ‘tiró los dientes’ rápido.

 

Pero los dichos de Slim son parte de la crispación del sistema ‘PRIAN’, que a 75 días no encuentran cómo parar al tabasqueño que sigue creciendo en las encuestas y ya alcanzó un promedio nacional de 42 por ciento. No sólo no encuentran cómo pararlo, sino que ni siquiera encuentran contendiente al qué apostar, pues Meade y Anaya siguen enfrascados en la pelea por el segundo lugar, Margarita Zavala está muy lejos y la candidatura independiente de ‘El Bronco’ nació muerta por la escandalosa resolución de cuatro magistrados del TEPJF.

 

De hecho, la crispación inició con la legalización de las ilegalidades de ‘El Bronco’, entendiéndose como la jugada desesperada del ‘PRIAN’ para colocar otro candidato antisistema en la boleta electoral, con la esperanza de que pueda robarle algunos puntos a López Obrador. Pero una semana después, parece que va a robarle puntos, pero al desnutrido Meade.

 

Este domingo se realizará el primer debate presidencial y la esperanza del sistema ‘PRIAN’ es, además de que el tabasqueño pierda algo, que el choque sirva para definir a un finalista al que puedan apostarle su resto en los siguientes 70 días en los que la crispación continuará creciendo hasta llegar a límites insospechados. Anaya, Meade o Margarita, pero uno, exigen.

 

Las definiciones de fondo son lo que encrespa a los beneficiarios del sistema ‘PRIAN’, empresarios y políticos coludidos en los ‘cochupos’ con dinero y bienes públicos. Lo dijo claro ayer el tabasqueño: hace bien Slim en defender sus intereses y negocios, pero él como presidente defenderá los intereses de los mexicanos.

 

Esa es la base del ‘PRIAN’: los intereses comunes, los negocios compartidos entre empresarios y políticos. Y eso lo que amenaza el triunfo de López Obrador.