El lamentable hecho ocurrido en vísperas de Navidad abre una nueva investigación que habrá de esclarecer varias dudas respecto de la caída de la aeronave. Tal eventualidad no es poca cosa. Fallecieron dos de los más importantes líderes panistas a nivel estatal y nacional. El panismo, así como la política mexicana, están de luto por tan sensible pérdida.

Ciertamente, por el momento, debe haber mesura. Las hipótesis de las causas del colapso del vehículo aéreo donde tripulaban estos personajes políticos deben ser investigadas por las autoridades correspondientes. Sin embargo, es necesario mencionar, pues llama la atención, el número de muertes de funcionarios públicos cuando se transportan por aire. Este caso se suma a los anteriores de Gustavo Vázquez Montes, ex gobernador de Colima; Ramón Martín Huerta, secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Vicente Fox; José Luis Santiago Vasconcelos, ex titular de la Secretaría Técnica de Seguridad, y Francisco Blake Mora, secretario de Gobernación durante el sexenio de Felipe Calderón.

El lamentable acontecimiento se da en medio de un panorama político y social francamente fragmentado. El desprestigio de la izquierda en contra de la derecha y viceversa, abren la puerta a la perspicacia para explicar este suceso. Sin embargo, no es momento de hacer conjeturas acerca de lo que realmente pasó. Esperemos que las autoridades nacionales, y en su caso, internacionales, puedan llegar al fondo del asunto.

Desafortunadamente por las imágenes que han circulado en medios de comunicación, dadas las condiciones en las que terminó la aeronave, será más difícil para las autoridades investigar e identificar la causa real del fallo durante el vuelo.

¿Por qué es un riesgo para la seguridad nacional? Porque no ha sido la primera vez que personajes políticos reconocidos a nivel federal mueren en incidentes que han resultado ser por lo menos sospechosos. Este acontecimiento debería servir como ejemplo de cuidado para nuestros representantes. El fallecimiento de RMV ha representado un duro golpe a los políticos y ciudadanos de derecha que confiaban en él para llevar un contrapeso efectivo desde el Senado. La ausencia de MEA ha dejado un vacío para la visión de contrapeso respecto de la mayoría morenista en el Congreso poblano y más incertidumbre para el futuro de la entidad. Si esto de por sí ya representa un golpe durísimo, imaginen qué pasaría si al presidente de la República le pasara algo similar, la afectación sería incalculable. Esto debe servir como mensaje para que nuestro presidente y demás representantes en funciones sean más cuidadosos y no escatimen en gastos destinados a su protección.

Las muertes de funcionarios públicos relacionadas con vuelos han resultado sumamente sospechosas. No se sabe si el crimen organizado, grupos partidistas o inclusive “empresas clandestinas” de tecnología estén perpetuando este tipo de acciones para no dejar huella y hacerlo ver como un simple accidente, por lo que se deben tomar medidas efectivas al respecto e invertir en inteligencia de Estado.  

Ahora bien, ¿por qué es un riesgo para la estabilidad política? Sencillamente, porque se trató de dos de los personajes más influyentes de la oposición a nivel nacional. El PAN perdió a un claro aspirante rumbo a 2024, brillante y astuto en su labor política, que había promovido un fuerte contrapeso a Morena desde el Senado de la República. Por su parte, también se perdió a la que había resultado ser la primera mujer en gobernar Puebla. Quien defendió su legítimo triunfo después de una extenuante jornada electoral y poselectoral.

El Congreso poblano tendrá que convocar a elecciones extraordinarias. Habrá que ser cautos y analíticos al saber finalmente quiénes serán los nuevos candidatos y de qué forma se llevará a cabo esta nueva jornada electoral. Con esto, se sigue con el espiral de incertidumbre en Puebla. Desafortunadamente, la fragmentación y polarización político-social continúan y crecen. Para constatarlo, sólo hace falta ver los comentarios en redes sociales, para darse cuenta de los mensajes desafortunados, infundados, con odio e ignorancia.

La muerte de gobernantes de alto nivel representa no sólo una afectación gravísima para su familia; significa también un reto de relevancia para mantener el orden social. Los partidos políticos siempre tendrán el interés por asumir el poder, no importa en qué situación se convoque a una elección. Ahora, más que nunca, toca el turno de los ciudadanos de ser solidarios, informados y responsables, de cara a lo que se avecina.

Esperemos que las investigaciones nos den información amplia para no caer en obscuridad. Que haya certidumbre, transparencia y responsabilidad en el transcurso de estos días y de las decisiones que se habrán de tomar. Puebla y México están de luto.