La pobreza le ha jugado sucio una vez más a Ismael Torres Escamilla, sobreviviente del bautizo trágico de Atzala en la iglesia de Santiago Apóstol, pues mientras el resto de los familiares recordarán el suceso con celebraciones religiosas especiales y la colocación de una nueva cruz en las tumbas de sus difuntos, él no podrá visitar ni colocar flores en las sepulturas de su esposa, Manuela León y sus hijas, Edileth y María de Jesús Torres León.

La falta de recursos económicos le impide viajar desde Morelos hasta su natal Atzala para conmemorar el primer año luctuoso de sus finadas.

Servicio religioso comunitario

Este miércoles se realizará una celebración religiosa comunitaria en la que se nombrará a todos los fallecidos tras el desplome de la iglesia a causa del sismo de 7.1 grados ocurrido el año pasado.

Y será el próximo fin de semana que las familias Flores, Villanueva, Escamilla y Vázquez realicen una celebración especial con la bendición de las cruces que serán colocadas en las tumbas de Aurelia Vázquez, Carmela Meresis, Susana Villanueva, Feliciana Villanueva, Florencio Flores, Samuel Flores, Samuel Flores Villanueva y Azucena Flores Villanueva.

Víctimas serán nombradas

A decir de los pobladores de este municipio enclavado en la región Izúcar de Matamoros, todas las víctimas mortales serán nombradas en la misa comunitaria,  mientras que algunas tendrán celebraciones especiales el fin de semana.

En cuanto a Manuela León, Edileth y María de Jesús Torres León, los habitantes no saben quién comprará sus cruces, pues refieren que ellas no tienen familiares cercanos en este municipio, pues su esposo y padre radica en Morelos.

¿Por qué realizar un bautizo entre semana?

A un año de la tragedia en Atzala -uno de los municipios más pequeños de la entidad poblana, que se encuentra enclavado en el valle de Izúcar de Matamoros a 77 km de la capital del estado-  el protagonista de esta historia responde a la pregunta que la mayoría nos habíamos hecho a lo largo de este año.

"Porque yo y mi difunta esposa (Manuela) no queríamos mucho ruido, pues usted sabe, no hay dinero para hacer una gran fiesta y pues por eso decidimos que fuera entre semana", reconoce Ismael Torres Escamilla.

El joven viudo de apenas 27 años de edad confiesa que él y Manuela León eligieron el 19 de septiembre al azar, no por ser una fecha especial, sino para evitar hace ruido entre sus conocidos y familiares.