En horas recientes, Rivera ‘explotó’, acusó a los “actores que han estado hurgando” y pidió que “la dejen trabajar”. Más adelante señaló al abogado Carlos Meza Viveros de ‘misoginia’ y agregó que no es militante de Morena.

 

El primer error que cometieron los “asesores” de Claudia fue permitir que se ‘subiera al ring’.

 

Ahora queda visto que a la menor provocación la señora va a responder, acusar y replicar ante los señalamientos. En su mundo de frivolidad color de rosa, Rivera piensa que está dando la batalla contra sus grandes adversarios.

 

Pero no se da cuenta que su verdadero problema está en la incapacidad y el desconocimiento. Puebla está ante el peor Ayuntamiento de toda su historia. Y en lugar de buscar verdaderos asesores, en vez de construir un Consejo Consultivo Ciudadano, Claudia se empecina en sostener una administración con los peores cuadros y con rémoras del morenovallismo.  

 

En el fondo, la alcaldesa tiene la necesidad emocional de reafirmar su posición y no pierde oportunidad para desafiar al gobernador electo Miguel Barbosa. Es como una niña que cada vez que pasa el director de la escuela le dice “no te voy a obedecer”, en una provocación tan inútil como peligrosa.

 

Ante la inminente toma de protesta del gobernador constitucional, la alcaldesa Rivera abiertamente trata de provocarlo al sostener a figuras relacionadas con la finada Martha Érika Alonso.

 

Es la manera de decirle: “no voy a permitir que metas la mano en mi Ayuntamiento…  serás gobernador… pero en mi Cabildo mando yo”.

 

La rebeldía es permanente; el desafío es abierto.

 

Rivera Vivanco ‘se arrojó a los brazos’ de Martha Érika; luego jugó descaradamente del lado de Alejandro Armenta (ahí están las fotografías de toda su parentela) y a unos días de la toma de protesta sigue sosteniendo a figuras que en el pasado reciente operaron contra Barbosa.

 

Ante la posibilidad de que tanto su Cabildo como el Congreso la destituyan, la presidenta trata de mantener una postura de confrontación, de velado choque contra el futuro mandatario. Es la manera de decirle: “no me voy a dejar”.

 

Ante esto, ya veremos cuáles son las medidas que toma Barbosa. Si hoy permite que ‘se le suba a las barbas’ una figura menor como es la huésped del Charlie Hall, entonces sí vendrán muchos episodios como la visita de Rojas Díaz Durán.

 

Si Barbosa perdona a toda la estructura que hoy sigue operando en su contra, el día de mañana su gobierno entrará en un colapso.

 

Alejandro Rojas Díaz Durán, Alejandro Armenta, Claudia Rivera Vivanco e Inés Parra son parte de un mismo aparato que pretende llevar al proyecto barbosista al fracaso.

 

En realidad están midiendo fuerzas con el futuro gobernador. Ya veremos la respuesta por parte de Barbosa.

 

Como siempre, quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.