Jueves, 25 de Abril del 2024
Lunes, 05 Agosto 2019 00:46

Gustavo de Hoyos: la escuálida oposición a la 4T

Gustavo de Hoyos: la escuálida oposición a la 4T Escrito Por :   Javier Arellano Ramí­rez

En la década de los años 80 dos sucesos detonaron el surgimiento de organismos y asociaciones intermedias. El primero fue el terremoto de 1985 que evidenció la incapacidad y la negligencia criminal del gobierno de Miguel de la Madrid; ese episodio representó el acta de defunción del PRI en la capital del país; desde entonces su liderazgo se diluyó.


 

El segundo episodio fue la elección presidencial del año 1988, que bien puede considerarse la auténtica génesis de la democracia mexicana. El proceso que enfrentó a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Manuel de Jesús Clouthier Rincón y Carlos Salinas de Gortari. Todo el proceso fue un ejercicio histórico de participación social, las movilizaciones ciudadanas fueron apoteóticas hasta que el régimen priista tuvo que operar el primer fraude electoral del México contemporáneo.

 

Hoy, Manuel Bartlett se presenta como un ‘ideólogo’ nacionalista, ‘defensor’ de los recursos de la patria y operador de la Cuarta Transformación. Para nada borrará que fue el verdadero artífice del fraude electoral de 1988. El presidente López Obrador lo indultó, pero ante la historia seguirá siendo el siniestro operador que estaba detrás de la Dirección Federal de Seguridad y el cerebro de Bucareli.

 

Bartlett solamente mutó de piel para sobrevivir, como las serpientes.

 

Fue en la elección de 1988 cuando Clouthier Rincón vio la enorme posibilidad que tenían las organizaciones intermedias; él mismo fue presidente de la Coparmex por lo que dio un especial impulso al sindicato patronal como brazo del panismo.

 

A lo largo de su historia, la Coparmex ha tenido presidentes ‘híbridos’ que son al mismo tiempo empresarios y políticos. Ahí están para la memoria Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, Jorge Ocejo Moreno, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, Carlos María Abascal Carranza, Jorge Espina Reyes y ahora estamos ante el banderazo político que Gustavo de Hoyos Walther se da a sí mismo.

 

Debe señalarse que con excepción de ‘Maquio’ todos los demás han pasado con más pena que gloria por la esfera política. Realmente ninguno ha tenido una participación notable o notoria. Esto refuerza una vez más la hipótesis de Cúpula de que la inteligencia empresarial rara vez puede traducirse en inteligencia política.

 

La revista Proceso en su edición 2231, del 4 de agosto, destaca el proyecto que encabeza de Hoyos para crear una gran estructura político-empresarial que sea el semillero de mil 320 líderes que podrían convertirse en candidatos en las elecciones intermedias de 2021.  De acuerdo con entrevistas que ha concedido el periodista Álvaro Delgado, autor de la investigación, el líder de la Coparmex busca convertirse en abanderado presidencial.

 

Ante el desgaste que el panismo sufrió luego de los periodos de Fox y Calderón y luego de la paupérrima presidencia de Marko Cortés, presenciamos una nueva estrategia de la derecha mexicana.

 

La estructura que pretende De Hoyos tratará de arrebatarle el poder a un régimen de izquierda que —con delicados tropiezos, con altas y bajas— sigue permeando en los grandes sectores sociales.  

 

El proyecto se llama ‘Alternativa por México’ y pretende ser un bloque empresarial anti-lopezobradorista que pelee posiciones que se traduzcan en una gran plataforma rumbo a la elección presidencial de 2024.

 

Desde este momento podemos adelantar que la cruzada derechista será centro de atención mediática; los espacios informativos que son críticos a AMLO le darán especial cobertura y tratamiento.

 

Pero Gustavo de Hoyos —como sus antecesores— confunde su cargo en la Coparmex con un auténtico y verdadero liderazgo social.

 

Los patrones, los empresarios, los grandes capitales nunca podrán tener liderazgo en una sociedad que los ve como explotadores y opresores.  En ese sentido, los grandes conglomerados de México siguen en la misma óptica del porfiriato, viendo a los ‘ricos’ como los enemigos del pueblo.

 

Por su parte, los empresarios tienen un lenguaje que poco le dice a los grandes sectores de la población, sus términos sobre el Producto Interno Bruto, sus referencias a las calificadoras internacionales, sus mediciones sobre la macroeconomía, están fuera del campo de visión del pueblo mexicano. Esa es una de las razones por la que los empresarios no pueden hacer contacto con la base social.

 

Sólo que Gustavo de Hoyos no lo sabe y tardará algunos años en darse cuenta.

 

Como siempre, quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

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