No es un encabezado que no sea real.
Las cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública confirman que el primer trimestre de 2019 ha sido el más violento en la historia de nuestro país.
Con más de ocho mil 400 homicidios cometidos en los primeros tres meses de este año, más los dos mil 879 registrados en diciembre pasado, el actual gobierno acumula ya más de 11 mil asesinatos hasta el momento.
La muerte en sí misma es triste, pero lo es aún más el silencio del presidente de México que sigue poniendo excusas.
La delincuencia es preocupante, pero lo es aún más la negligencia de las autoridades.
La diferencia entre Calderón, Peña y AMLO es que los dos primeros nunca culparon a sus antecesores de lo que sucedía en sus respectivos gobiernos.
Ahora siempre hay una gran excusa:
Yo tengo otras cifras
Yo tengo otra información
Me dejaron un cochinero
Actos como el de Minatitlán, Comalcalco y San Luis Potosí cometidos en un mismo fin de semana nos horrorizan, pero a decir del propio presidente: “los ciudadanos no podemos quejarnos porque antes actuamos como momias.”
“El no soy yo, fueron los otros” que todos los días nos repite AMLO ante cualquier cosa que suceda en el país nos está cansando.
El huir de la realidad, el ser omisos, hace cómplices a las autoridades.
Autoridades en que, por cierto en la gran mayoría del país, incluyendo el gobierno federal, los tres niveles son emanados de Morena.
¿Van a seguir poniendo pretextos?
O ¿ahora sí se harán responsables?