El desgaste es natural cuando se inicia el ejercicio del poder, pero en el caso de AMLO hay que tener en cuenta que pareciera que se empeña en llevarle las contras “al pueblo noble y bueno”, como él ha definido a sus gobernados.
Si bien un mandatario difícilmente logrará un consenso total, hay que identificar que en este caso el presidente pareciera por momentos que se deja “acelerar” por parte de los duros de su equipo que simplemente sienten que hay cuentas pendientes después de 70 años de gobiernos autoritarios.
Las cosas han llegado a tal punto que resulta altamente recomendable hacer un ejercicio de análisis colocando la víscera al lado para sumar los puntos positivos y los negativos para llegar a un juicio lo más cercano a la objetividad, para efecto de no seguir regando el combustible en el territorio mexicano para descartar cualquier riesgo de incendio.
México hoy requiere la suma de esfuerzos, lo mismo para llamar a cuentas a sus gobernantes, con mejores formas, sin pasiones desbordadas. Y por qué no, reconocer los aciertos que ha tenido y que han beneficiado a muchos mexicanos.
Es hora de pasar a un terreno serio que sin lugar a dudas arrojará mejores oportunidades y posibilidades para el país entero, a diferencia de seguir en la disputa visceral destruyendo lo poco o mucho que se ha logrado avanzar.
Y en esto tanto usted como yo estamos embarcados y confiamos en pasar a una nueva etapa en la que se combatan rezagos y reorganice el ambiente para seguir el camino hacia adelante, con equidad y justicia por igual para todos, porque todos tenemos derechos, pero también obligaciones.