Y con este tipo de vehículos en circulación, la movilidad de una ciudad registra riesgos innecesarios.
La decisión de retirar estas unidades muy pronto será recomendada y copiada para otras capitales como la nuestra, en la que ya se enfrentan serios problemas de circulación en cualquier horario, por el sólo hecho de que mensualmente se registra la compra de ocho mil vehículos nuevos que se incorporan al denso tráfico.
Es decir, mientras el parque vehicular aumenta, las calles siguen siendo las mismas, no crecen, no se amplían y en algunos casos se les va robando un carril a las grandes avenidas para construir las famosas ciclopistas.
En la ciudad de Puebla se observa anarquía en cuanto a la movilidad de bicicletas y motocicletas, a diferencia de la Ciudad de México en donde permanentemente se ve el carril para el transporte alterno muy concurrido de gente en bicicleta, motos y ahora de scooter (conocidos en nuestra infancia como ‘patines del diablo’).
Es interesante ver cómo niños, jóvenes, adultos y personas mayores han elegido el scooter que alquila el gobierno de la Ciudad de México para movilizarse de manera segura a cualquier hora.
Dicho sea de paso, en nuestra ciudad de Puebla ¿para cuándo los tendremos?
El tema del tráfico en nuestra ciudad ya debe atenderse en forma urgente y prioritaria.
Los poblanos llegamos a perder hasta tres horas diarias en nuestra movilización, lo que representa un revés a la productividad, nos convierte en una sociedad estresada y neurótica.
Por lo que urge que se atienda el problema, que se trabaje sobre un transporte eficiente, que dé respuestas a todos los poblanos y que no sólo se amenace con fotomultas; que se ofrezcan soluciones para todos los grupos como se experimenta en otras capitales sobrepobladas del mundo.