En Puebla se acaba de demostrar que un político de carrera ocupando una gubernatura interina, da mejores resultados en sólo unos meses de ejercer el gobierno que algún brillante doctor de Harvard en todo un sexenio.

 

           Guillermo Pacheco Pulido no sólo ha sido y es un brillante jurista que estudió en la oficial Universidad Autónoma de Puebla, sino un político hecho y derecho que desempeñó cargos políticos de elección popular, que fue dirigente de su partido y desempeñó cargos importantes en diferentes gobiernos estatales.

 

             Lo mismo podemos decir del próximo gobernador constitucional del estado, Luis Miguel Barbosa Huerta. Está en la política desde joven. Se inició en el PRI en la ciudad de Tehuacán, después de haber terminado la carrera de abogado en la UNAM, fue invitado por Jorge Méndez y Arturo Loyola a organizar en Tehuacán el nuevo partido de la Revolución Democrática y ahí realizó un trabajo tan aceptable que decidieron traerlo a Puebla.

 

             No se dejó utilizar, se independizó de sus supuestos padrinos y se hizo de la dirigencia perredista, haciendo crecer a ese partido hasta convertirlo en la tercera fuerza política del estado.

 

             No se concebía al PRD poblano sin Barbosa Huerta: fue diputado federal, fue a México y logró una posición importante en la dirigencia nacional de ese partido, fue senador de la república y se convirtió en figura importante en la Cámara de Senadores. Se le consideraba como el candidato idóneo del PRD para la gubernatura de Puebla, pero todo parecía indicar que ‘Los Chuchos’ tenían otros planes dada su cercanía con el morenovallismo, corriente política del PAN, y entonces decidió pasarse al nuevo partido de izquierda, Morena, de Andrés Manuel López Obrador, a quien conocía perfectamente pues había sido candidato presidencial por ese partido en dos ocasiones y con él se pasaron varios senadores de su bancada.

 

             El oficio político y la sensibilidad social los ha estado demostrando desde su primera campaña por la gubernatura y, ahora, como gobernador electo, está dando más pruebas de su habilidad política en la composición de su gabinete en el que hay personas conocidas en el ambiente político poblano, otras no tanto y otras desconocidas, pero todas personas con conocimiento en el área de la dependencia que tendrán a su cargo. Ha decidido cambiar la residencia del Ejecutivo estatal, no ocupará Casa Puebla y tampoco quiere despachar en las lujosas oficinas gubernamentales del CIS. En Puebla hay mucha pobreza, hay miseria en áreas rurales de la mixteca, de la sierra norte, de la sierra negra y no es justo que habiendo tantas carencias, el gobierno estatal derroche millones de pesos en el sostenimiento de residencia y oficinas lujosas para su gobernador.

 

             Tampoco sería justo, eso lo decimos nosotros, que se destinaran 300 millones de pesos, como propone el Congreso local, para construir un palacio legislativo en Angelópolis o donde sea, tomando como pretexto que el edificio donde ahora funciona está dañado en su estructura desde el temblor del 2017.

 

              Ese edificio de la 5 Poniente 122 es histórico. Funciona ahí el Congreso del Estado desde el año 1905, es decir, desde hace más de un siglo, y si está dañado se puede reforzar, rehabilitar para que siga funcionando.

 

               No vaya a ser que, como ocurrió a raíz del mismo temblor de hace dos años, se declare peligroso como la Escuela Primaria “Lafragua”, también en el centro histórico, para convertirla en hotel o centro comercial. Esto se evitó ya y después de un año ha vuelto a abrir sus puertas como escuela oficial. Los padres de familia se opusieron y nunca se comprobaron los daños a su estructura como se había dicho. Actualmente funciona la secundaria vespertina y se espera que en el próximo ciclo escolar regrese la primaria.

 

                La sensibilidad política y social del futuro gobernante poblano seguramente evitará ese gasto inútil y absurdo. El edificio del Palacio Legislativo es único y muy digno para albergar al Congreso del Estado, un poder que desde hace algunos años no ha sido bien visto por la ciudadanía.

 

                Un concierto inolvidable —así fue calificado por uno de los asistentes el exdiputado federal Jaime Alcántara— el del tenor Rafael Moreno Valle Huitrón, acompañado de una orquesta local y de una soprano de primera.

 

               Desgraciadamente, desde hace ya varios años se abandonó la organización de eventos culturales de calidad para dar a conocer a los valores locales que los hay y de mucha calidad.

 

               Hemos asistido en otra ocasión a escuchar a ‘Rafa’ y realmente es un tenor profesional que ha cultivado su arte con el mayor esmero y que ahora está en posibilidad de lanzarse no sólo nacionalmente, sino incluso a nivel internacional.

 

               Los aplausos que le dedicó el público que abarrotó el Auditorio de la Reforma del Centro Histórico 5 de Mayo, fueron la mejor muestra de la calidad del concierto del pasado fin de semana.