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Martes, 19 Marzo 2019 03:58

Los poblanos estamos hasta la madre de vivir con miedo

Los poblanos estamos hasta la madre de vivir con miedo Escrito Por :   Arturo Rueda

Algunos dicen que hay que tener muy mala suerte para ser asaltado de forma violenta por segunda ocasión en menos de dos meses. Puede ser. Pero también puede ser lo que creemos miles de poblanos: que la delincuencia en la capital y la zona metropolitana se encuentra fuera de control, a niveles nunca vistos.  Y eso nos hace vivir con miedo.


 

Cuarenta y nueve días después de mi primer asalto en la vida, otra vez fui víctima del hampa de una forma todavía más violenta: encañonado con arma de fuego, fui obligado por dos hampones a bajar de mi camioneta Q5 a eso de las 19:30 horas en la colonia Prados Agua Azul. También me robaron un reloj Garmin, una pluma y, otra vez, mi teléfono celular.

 

Algunos dicen que hay que tener muy mala suerte para ser asaltado de forma violenta por segunda ocasión en menos de dos meses. Puede ser. Pero también puede ser lo que creemos miles de poblanos: que la delincuencia en la capital y la zona metropolitana se encuentra fuera de control, a niveles nunca vistos.  Y eso nos hace vivir con miedo.

 

En mi primer asalto fui atracado al ir caminando acompañado por mi novia. Ahora, arriba de mi camioneta, tras salir de una reunión en una colonia de clase media. No hay posición o momento del día en el que no estemos en peligro: caminando, en tu vehículo, en el transporte público, solo, acompañado, muy de mañana, muy de noche, a media tarde.

 

En todo lugar, en todo momento, la delincuencia aprovecha la mínima oportunidad, la distracción, la oscuridad, el momento, pero sobre todo la debilidad institucional de las instancias encargadas de la procuración y administración de justicia que Víctor Carrancá dejó en ruinas al ejecutar la orden de Moreno Valle de desmantelar las agencias del Ministerio Público en la capital y la mayoría de los municipios bajo el argumento de que “costaban mucho dinero”.

 

Otro amigo de Moreno Valle, Flores Toledano, toleró el castigo presupuestal al Tribunal Superior de Justicia que sólo tuvo incrementos marginales pese a la creciente ola de violencia. Con sueldos casi miserables, los jueces y magistrados poblanos tratan de hacer maravillas. Algunos son corruptos, pero los más tratan de hacer lo mejor que pueden.

 

La procuración de justica mejora lento con Higuera Bernal en la Fiscalía que consiguió este año más recursos para contratar personal que atienda los ingentes rezagos. No hay manos suficientes para procesar miles de carpetas de investigación.

 

En mi primer asalto detuvieron a los ladrones, los pusieron tras las rejas para enfrentar el proceso, obtuvieron la prisión preventiva y hasta me regresaron mi teléfono. En este nuevo atraco, que fue denunciado puntualmente, veremos si logran algo.

 

 

El deterioro es evidente. Lo más sencillo sería echarle la culpa a Claudia Rivera Vivanco, pero de ella ya no espero nada, como miles de ciudadanos que están arrepentidos de votar por ella. Ya sólo esperamos que se largue. No entiende la realidad que vivimos los poblanos, aunque ella es una supuesta ciudadana. La frivolidad del poder se ha apoderado de ella. No entiende que no entiende.

 

Tampoco esperamos nada de Lourdes Rosales, que anda con su catálogo de productos para que los poblanos compremos seguridad con pulseras, alarmas y quién sabe cuántos negocios más planea hacer desde la titularidad de la SSPTM, como la ‘transita’ de las ventanas ciudadanas.

 

Entre Claudia y Lourdes, más el deterioro institucional de la procuración de justicia, la situación de miedo e incertidumbre es intolerable. Cada día, cada semana, cada mes, la inseguridad se agrava como muestran los datos.

 

Según la AMIS —Asociación Mexicana de Institutos de Seguros—, en 2016 se reportó el robo de dos mil 698 vehículos asegurados en Puebla. En 2017 esa cifra aumentó a cuatro mil 237, lo que representó un repunte de 57 por ciento y colocó a la entidad como la de mayor crecimiento en el índice de este tipo de delitos. En 2018 se alcanzó el récord: seis mil 775 vehículos asegurados, un incremento del 59 por ciento respecto del año anterior.

 

Pero si nos vamos un poco atrás los datos son más dramáticos: en 2014 se robaron mil 346 vehículos, en 2015 fueron mil 915. Es decir, el robo de vehículos asegurados en Puebla creció, en apenas cinco años… 500 por ciento.

 

Hablamos hasta ahora de la estadística de vehículos asegurados. Pero en total, en 2018, se robaron 16 mil 245 vehículos, un incremento de 43 por ciento respecto de los 11 mil 324 que hubo en 2017. Es decir, 44 poblanos a diario pierden su patrimonio… como yo, que ya estoy incluido en la lista.

 

¿Quién tiene la culpa de eso? Claudia, es cierto, se lleva una parte, pero ¿y todos los demás agentes del orden institucional?

 

Es evidente que el crimen organizado se ha aprovechado de la incertidumbre política del último año y medio en Puebla, quizá desde el momento mismo de la ‘minigubernatura’. Lo que se necesita es un gobierno fuerte y legítimo, que se imponga tanto a las brutalidades de los alcaldes enamorados, como Claudia y Patjane, como a las mafias que se descontrolaron en la debilidad de las instituciones.

 

Ahora que Luis Miguel Barbosa es candidato oficial, y tiene el camino abierto a la gubernatura, su planteamiento más importante de campaña será la inseguridad. Los poblanos estamos cansados de tener miedo.

 

Qué digo cansados, ¡estamos hasta la madre de vivir con miedo!

 

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