La mitad de los poblanos están a favor de la ‘bolardiza’, pero los medios de comunicación no le da el ‘micrófono’ a ese sector de la población, aseveró Liza Aceves, secretaria general del Ayuntamiento de Puebla, para defender el proyecto de la Secretaría de Movilidad en la zona 30, pues mencionó que quienes se oponen a esta medida son los automovilistas que tienen que conducir más despacio.

En entrevista para ABC Matutino, Aceves López indicó que el tema de los bolardos se volvió muy polémico porque la ciudadanía se encuentra irritada por otros temas, pero señaló que el gobierno encabezado por Claudia Rivera está revisando principalmente los postes colocados en el Centro Histórico y no se descarta que algunos sean removidos, pero no todos.

“La mitad de la población sí apoya la colocación de los bolardos, es la mitad menos virulenta, por así decirlo, es la mitad que menos acceso tiene a micrófonos, es la mitad que menos peso tiene en ciertos sectores, pero si haces una encuesta te vas a encontrar que estamos en dos mitades y hay gente que sí se siente más segura y protegida y hay gente mucho más enojada porque tiene que ir más despacio”, refirió.

La colocación de bolardos en la capital tuvo una inversión de cuatro millones 320 mil 306 pesos, por lo que cada bolardo tiene un costo de mil 164 pesos, mientras que por una maceta se desembolsaron siete mil 713 pesos, por un macetón seis mil 196 pesos, una banca con respaldo cinco mil 194 pesos y por un biciestacionamiento mil 287 pesos.

Bolardiza es para pacificar a los conductores, asevera Liza Aceves

En la misma charla, la secretaria general del Ayuntamiento señaló que la estrategia de colocar postes en diferentes cruces de la ciudad es una estrategia de pacificación, pues con esta medida se espera que los automovilistas tomen rutas alternas o se apacigüen las ganas de ir al primer cuadro de la ciudad en automóvil.

“Es una estrategia que se llama de pacificación, pacificamos a los conductores, la idea es que al encontrar un bolardo o un obstáculo tomes rutas alternas y con eso desvíes el tráfico, para que al Centro Histórico tengas menos ganas de ir en automóvil, sucede en diferentes partes del mundo, en la misma Ciudad de México, la idea es decir: ‘no, mejor no llevo el coche’”, aseguró.