Puebla se ubicó como el noveno estado del país con más quejas interpuestas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por violencia obstétrica al sumar 35 entre diciembre del 2012 y octubre del 2017; una tuvo conciliación, otra fue aceptada y una más recibió recomendación, el resto fue concluido en el trámite por no existir materia o por falta de interés.

Lo anterior de acuerdo con el estudio ‘La pieza faltante, justicia reproductiva’, elaborado por el Grupo de Información de Reproducción Elegida (GIRE), que señaló que a nivel nacional se sumaron mil 109 quejas ante la CNDH, de las cuales sólo hubo 17 conciliaciones, 147 recomendaciones emitidas y 84 aceptadas.

El informe detalló que en Puebla se sumaron 35 quejas ante la CNDH y una más interpuesta ante órganos internos de control de instituciones de salud locales. Las entidades con más señalamientos ante la CNDH fueron: Chihuahua (250), Hidalgo (133), San Luis Potosí (126), Jalisco (97), México (60), Durango (59), Guanajuato (47), Guerrero (38), Puebla (35) y Veracruz (34).

GIRE especificó que la violencia obstétrica es una forma específica de violencia contra las mujeres que constituye una violación a los derechos humanos, se genera en el embarazo, parto y posparto en hospitales públicos y privados, y consiste en cualquier acción u omisión que cause un daño físico o psicológico a la mujer.

El documento resaltó que en Puebla el 31.1 por ciento de las mujeres entre 2011 y 2016 sufrieron violencia obstétrica por sobremedicalización del parto, uso de procedimientos de rutina sin consentimiento o en situaciones no justificadas, como las cesáreas que son practicadas y ponen en riesgo la vida, en este rubro, en Puebla se registró en el 2015 que el 38.1 por ciento de los nacimientos registrados fueron por dicha intervención.

Puebla con alta incidencia de RMM por discriminación y falta de recursos

Por otra parte, en el 2016 GIRE resaltó que en Puebla por Razón de Mortalidad Materna (RMM) se registró un porcentaje de 37.7 por discriminación y falta de recursos. El estudio resaltó el caso de Anita, de 16 años de edad, una niña indígena de Puebla que sufrió discriminación interseccional.

De acuerdo con los hechos, Anita se embarazó, y con 37 semanas de gestación comenzó a sentir contracciones, por lo que acudió al Hospital Comunitario de Huehuetla donde le señalaron que aún le faltaba tiempo para dar a luz, por lo que pidió que la trasladaran al hospital de Ixtepec pero no se lo permitieron, y horas después la médica informó a su madre que Anita había fallecido, ya que no habían extraído el producto porque se dieron cuenta que Anita no lo quería y no había puesto voluntad en el parto.