Se ha utilizado mucho la expresión ‘un balde de agua fría’. Pero eso es inexacto, impreciso. La realidad es que fue un terremoto que tiró techos, paredes, muros, pilares. Fue un cataclismo.

 

Hoy vemos claramente que nunca se prepararon para una elección extraordinaria, porque la simple razón de que jamás creyeron que se pudiera anular la jornada electoral. Consideraron que la posibilidad era inexistente; que todo iba a quedar ahí, que el Tribunal iba a fallar a su favor. Los tuits del magistrado ponente José Luis Vargas Valdez fueron una onda  que golpeó con la fuerza de un terremoto la morada morenovallista.   

 

Paulatinamente Morena y su ex abanderado Miguel Barbosa han ido ganando batallas. Son como un barco al que el viento lopezobradorista ha impulsado de manera suave, a veces imperceptible. Lograron que la resolución del tribunal llegara hasta el terreno, la cancha, el sexenio de AMLO. Y aquí el escenario es radicalmente distinto. 

 

En el año 2010 Rafael Moreno Valle enfrentó a un priismo desgastado, agobiado por el conflicto que generó la detención de la periodista Lydia María Cacho Ribeiro. Durante años Mario Marín y su gobierno fueron sometidos a un deterioro paulatino pero implacable. De esta manera el candidato de la coalición opositora pudo quitarle al priismo la gubernatura del estado.

 

Pero nadie debe olvidar el factor central: Moreno Valle pudo ganar porque en su momento tuvo el apoyo del presidente de la República, Felipe Calderón, gracias a la intermediación de Elba Esther Gordillo. Posteriormente su sexenio tuvo todo el respaldo de Enrique Peña Nieto.

 

El morenovallismo tuvo su sostén en dos presidentes de la República.

 

Pero hoy estamos ante un escenario radicalmente diferente, distinto a aquel de 2010. El presidente López Obrador claramente ha mostrado un desdén, una distancia hacia el grupo político que mantuvo el poder en la entidad. Y esto se refleja en su negativa a visitar Puebla hasta que se resuelva de manera definitiva el conflicto poselectoral.

 

Estamos ante la gran diferencia que entraña tener un presidente a favor, a otro en contra.

 

En porcentajes tenemos que decir: existe un 85 por ciento de posibilidades de que el pleno del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ratifique el proyecto del magistrado ponente Vargas Valdez. La sesión será el miércoles 5, a más tardar el jueves 6.

 

La sentencia señalará que la elección se declara nula y convocará a una jornada extraordinaria en un plazo de 60 días, es decir, a finales de enero o principios de febrero.

 

La elección de un gobernador interino será otra demostración de la mano del presidente López Obrador en el estado. Puede ser un diputado local o puede ser que no; puede ser un militante activo de Morena o no. Todo dependerá de la opinión del mandatario. Pero sea quien sea, estaremos ante la opinión expresa del hombre que despacha en Palacio Nacional.

 

Como sea nadie debe caer en el grave error de dar por muerto al morenovallismo.

 

En la elección extraordinaria el PAN de Rafael se va a enfrentar al presidente de la República, a toda la fuerza de Morena en el Senado y Cámara de Diputados; a un gobernador interino; a la mayoría en el Congreso local; a una nueva conformación en las presidencias municipales.

 

Pero que nadie lo dude, estarán dispuestos a morir con el fusil en la mano, en medio del campo de batalla. Pero de ninguna manera se van a rendir.

 

Estamos ante una nueva batalla de Puebla.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.