A ver, creo que Margarita estaba y está segura de que ella representa algo diferente y que valía la pena ofrecérselo a los electores. Se encaprichó de que ella quería y podía hacer la diferencia. Y, la necedad o terquedad es una cualidad en política. Sólo aquellos lo suficientemente perseverantes y determinados logran hacer cosas. Pregúntenle a López Obrador.
Sin embargo, fue ingenua. Esperanzada porque en algún momento llegó a estar arriba en las encuestas, creyó que tenía oportunidades. Su candidatura independiente desde un principio se leyó como un elemento sin posibilidades reales de ganar que sólo dividiría el voto del PAN.
Pero, no todo fue en vano. Ahora va a capitalizar desde la oposición su nuevo cargo moral de heroína de la democracia que obtuvo por lanzarse por un sueño que desde un principio se veía poco probable, renunciar en coherencia con sus valores al partido que la vio crecer, luchar para lograr las firmas para ser la primera candidata independiente y ahora, en conciencia, renunciar para darle libertad a sus seguidores de elegir a alguien que sí pueda ganar.
¡Gran historia! Supervendible. Alguien que decide no ser víctima y toma las riendas de su destino. Inspira a las mujeres a creer en ellas mismas. Le da validez a su discurso de ser alguien que actúa en congruencia con sus valores. La posiciona como autoridad moral y la enfila como heroína de la democracia.
Y es que su “congruencia” (y lo entrecomillo porque hay quienes pueden leer esta misma historia como ambición fallida o víctima de malas decisiones) la legitiman para ser una voz válida de oposición a López Obrador. Ya dijo que será la defensora de las libertades y que sigue algo más.
Hace un par de semanas, decía yo en este espacio que ante el inminente triunfo de López Obrador había que empezar a pensar qué clase de oposición seremos. Y creo que Margarita capitaliza retirándose ahorita para configurar una oposición/reconciliación organizada, legítima y en términos morales (como también lo plantea López Obrador).
En la próxima etapa de “reconciliación” del país, Margarita será protagonista en al menos normalizar los desacuerdos de dos grupos antagónicos. Yo me imagino que como no representa los intereses de los partidos políticos, podrá encabezar a los empresarios, a ciertos grupos de la sociedad civil y otros antilopezobradoristas contra las afrentas de AMLO.
A mí me entusiasma su búsqueda por dignificar la política. Pero definitivamente la competencia por el poder es un tanque de tiburones y, aunque ella entiende que se necesita un poco de maldad para lograr ciertas cosas en política, ha mostrado que no está dispuesta a corromperse ni tantito por su causa y que es un poco ingenua. Desafortunadamente en política el fin justifica los medios. Esperemos que la necedad, la pasión por la política y el amor por México sean los superpoderes de esta heroína de la democracia in the making.