Gracias a las corrientes opiniones de Gómez sobre Violeta Lagunes, hoy es candidata de Morena a la alcaldía de Puebla. Con la lista de groserías que le dijo, atrajo la atención a Violeta y elevó su nivel de conocimiento (que ya era bueno).

Y por favor, no me malinterpreten, Lagunes tiene mérito propio y una carrera política que hubieran sido suficientes para considerarla. Su personalidad aguerrida será de gran ayuda para Barbosa y Morena y su estrategia de denuncia contra Moreno Valle y Martha Erika Alonso.

Pero lo que no pensó el señor Gómez es que tanto Violeta, como los movimientos en defensa de los derechos de las mujeres, iban a capitalizar con su falta de filtros verbales. No se imaginó que sus palabras incorrectas, por decir lo menos, ya no son permitidas en nuestra sociedad. Nunca consideró que la indignación, enojo y hartazgo que despiertan sus dichos son tan poderosos que en una campaña sin emoción pueden hasta hacer ganar a una candidata.  O sea, trató de pintarla como lo peor y resultó mucho, mucho mejor. “Le salió el tiro por la culata.”

Por favor señor Gómez no se sienta tan importante. Los medios de comunicación seleccionan las notas y las interpretan alrededor de una agenda de interés público. Las agresiones verbales en contra de una mujer califican como nota: sea de un dependiente hacia una cliente, sea de un jefe a su subordinada, sea de un maestro a su alumna, sea de un opinólogo hacia una política. Cuando una persona jerárquicamente superior a otra la ofende, maltrata o agrede públicamente es nota.

Lo que a mí me impresiona es la manera tan burda que hay en Puebla de presentarse como un “medio” a favor o en contra de personajes políticos. No hay neutralidad, ni opiniones que se deriven de una seria reflexión. Los argumentos son débiles porque se basan en emociones y percepciones y no en hechos o realidades.

La libertad de expresión es indispensable en la democracia. Decir lo que a uno le venga en gana es una de las libertades más preciadas. Lo que no se puede olvidar es que el tener ese derecho, también conlleva responsabilidades; y la mínima es asumir las consecuencias de tus dichos.

Es interesante cuestionarnos el papel que juegan los medios en las campañas políticas. Por lo pronto, ¿qué hace el Instituto Estatal Electoral para garantizar la equidad de cobertura que dan los medios en Puebla? ¿Se aplican en Puebla los mismos principios de vigilancia a nivel estatal que a nivel nacional?

Si queremos mejores gobernantes, también debemos exigir mejores medios de comunicación; aquellos que estén a la altura de la democracia en la que nos queremos convertir. Los pleitos como de vecindad están buenos para las notas del espectáculo, pero cuando se trata de administrar nuestro dinero, de nuestra ciudad, nuestra comunidad… elevemos el nivel.

Gracias Fabián Gómez, por también invitarnos a reflexionar sobre el papel que juegan los portales de noticias, los opinólogos y los medios de comunicación en las contiendas electorales.