Martes, 23 de Abril del 2024
Miércoles, 31 Enero 2018 02:33

Encontrando la Caja de Pandora

Encontrando la Caja de Pandora Escrito Por :   David Peral Rodríguez

Imaginen un muchacho de unos 15 años de edad tratando de vislumbrar su futuro en una caja de cereal, animado por Plaza Sésamo y unos cuantos héroes de ficción, como banda sonora Save Me de Queen y a veces las cumbias de los Ángeles Azules, en ocasiones leyendo las novelas rosas de Corin Tellado, pero tratando de sobrevivir en una colonia popular de un municipio anquilosado por la pobreza y los estándares de moda.


Ahora, imaginemos al muchacho decente que vive en un fraccionamiento de lujo en las altas colinas de Puebla, con el futuro asegurado en una universidad prestigiosa de la ciudad, con amistades portentosas o acaso desastrosas –según dependa el caso– teniendo como banda sonora de su vida a RBD o algún grupo creador de Muzak, leyendo los folletines rosas donde seguramente saldrá él y sus compinches en el club nocturno de moda.

 

Seguramente, querido lector, creerá que le narró un cuento de la generación del Crack o algún texto introductorio de José Agustín, pero por desgracia no es así, esa es la terrible realidad que vive el municipio de Puebla, somos un poco más de 6 millones de jóvenes y tan sólo un poco más de la mitad de ellos tiene acceso digno a internet, un poco más de 1 millón come tres veces al día y menos de un cuarto tiene un suelo digno donde habitar; esto es realmente lamentable, sin embargo la pobreza impera constantemente las comunidades aledañas de la capital poblana, basta con ir al centro comercial Angelopolis para darse cuenta de la opulencia desmedida, la desigualdad inconcebible y la brecha económica que existe.

 

A tan sólo 10 minutos de dicho centro comercial, se encuentra una de las comunidades más pobres, no nada más del estado poblano sino del país, ahí algunos jóvenes tienen que vivir delinquiendo a los lujosos fraccionamientos aledaños, otros tienen que emigrar a un futuro incierto y los más desafortunados tienen que unirse a las filas del crimen organizado.

 

Como todos saben este año habrá una auténtica carnicería, los candidatos, como en un concurso de Reallity show, lejos de dar respuestas eficaces y planes contundentes de gobierno, se han limitado a darnos respuestas vagas, a recurrir a las clásicas y desgastadas campañas de desprestigio, al populismo de “yo estoy más preparado que aquel que pertenece a la mafia del poder”, a la ignorancia apabullante de entregar sombrillas a gente que apenas tiene para comer y a la terrible insensibilidad de mentir en declaraciones patrimoniales, descubriendo negocios turbios, mansiones que salen en la pomposa revista Exclusive Interiors, obras de arte, campañas donde nuevamente los jóvenes somos carne de cañón, una prensa “libre” comprada para beneficio de uno u otro candidato, candidatos independientes que están en la carrera electoral por simple capricho, cinismo extraordinario, cinismo exagerado. Mientras tanto la cloaca del poder y la política se siguen abriendo, yo me pregunto hasta cuándo la ciudadanía tendrá el valor de demandar y condenar esas atrocidades. Quiero suponer, por salud mental, que falta poco, mientras tanto seguiremos aquí, en este espacio, vislumbrando todo lo que sucede constantemente en mi estado natal o en nuestro país.

 

Las Suburban se pasean junto con los BMW’S y los Porche’s, mientras a un lado de la misma vía va una camioneta Nissan 89 con las llantas lisas y un conductor esperando la luz verde para poder dejar esos bultos de cemento y llevar a su casa por lo menos 50 pesos para los frijoles de la cena; del lujo a la miseria, de la política redentora a la realidad misteriosa que ninguno de ellos imagina, la Puebla de los Ángeles tan llena de belleza, pero también, acaso como en algún momento lo expresará Carlos Fuentes llena de demonios.

 

 

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