La lucha entre grupos delincuenciales no solamente genera víctimas entre sus integrantes, sino entre personas inocentes de la sociedad civil.
Pero hay que ser justos, esta guerra la inició Felipe Calderón cuando sin tácticas de inteligencias entró a una guerra contra grupos de la delincuencia, medio identificados y medio localizados, pero eso sí, más preparados que las policías y que los miembros de sus Secretarías de la Defensa Nacional y de la Marina.
Esta guerra de Calderón la continuó su sucesor el presidente Enrique Peña Nieto y ahora en los primeros cuatro meses del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha reforzado con más de siete mil 200 muertes violentas.
Así queda evidenciado que el que afirma que "no roba, no miente y no traiciona; en cuatro meses ha manchado su gobierno con muertos y desaparecidos.
Basta revisar que las muertes violentas continúan registrándose en toda la República Mexicana. Al igual que los secuestros, asaltos en cualquier crucero, cualquier calle, a toda hora, en cajeros automáticos; en camiones urbanos con pasajeros de muy escasos recursos. Robos de autopartes, robos con violencia a casas habitación a negocios.
Así millones de mexicanos estamos conscientes de que nos ha mentido, robado y traicionado, aún los 30 millones de mexicanos que votaron por él, por AMLO; personaje al que todos los días tenemos frente al país en sus ‘mañaneras’ desde las que afirma que la corrupción y violencia fueron exclusividad de los gobiernos neoliberales; porque en el de él ¡no!
Aseveración que contrasta con los números del INEGI y de las empresas encuestadoras independientes que dan cifras alarmantes y preocupantes.
Por todo este recuento no resulta exagerado considerar que México está en un movimiento de guerra civil y de que la vida “no vale nada”, como lo cantara José Alfredo Jiménez. Un ejemplo: en días pasados tuvimos el caso del secuestro de una recién nacida, Nancy Tirzo Sánchez, que después se supo que fue vendida en tres mil pesos y una cadenita de oro. Sin ofender a la niña y a sus familiares concluimos que una bebé vale menos para la delincuencia que un perrito de mascota.
En esta guerra civil apareció “la esperanza de México y la Cuarta Transformación” que poco a poco van desnudando a su autor que nos prometió cambio y prosperidad, promesas que seguimos esperando mientras todo el país se salpica de sangre por decisiones equivocadas.