Adolfo Karam, ex director de la Policía Judicial de Puebla, se burló de Lydia Cacho al recordar que durante su traslado por carretera por más de 24 horas de Cancún a Puebla se comió un “pollo completo y hasta yo lo pagué”, tras la orden de aprehensión en su contra por un delito contra la periodista en 2005.

En entrevista para DLN de Intolerancia, Karam trató de defenderse después de que el pasado 11 de abril la magistrada de Quintana Roo, María Elena Suárez Préstamo, giró una orden de captura, al decir que nunca hubo tortura contra la periodista, de hecho, aseguró que el traslado fue “agradable”. También evitó aclarar si existe o no una orden de aprehensión en su contra, pero retó a Cacho a una prueba de polígrafo, pues aseguró que él es inocente.

El periodista Enrique Núñez le hizo una entrevista ‘a modo’ al ex marinista, pues no lo cuestionó por la actual orden de aprehensión, así como tampoco especificó dónde y cuándo se realizó el encuentro entre el director de Intolerancia y el hoy prófugo de la justicia.

Pero sí se dio tiempo de deslindar a Mario Marín Torres de ordenar aprehender a Lydia Cacho en diciembre del 2005, pues aseguró que el ex gobernador no sabía que habían detenido a la periodista, es más, el ex funcionario prófugo de la justica aseguró desconocer que Cacho era periodista.

También de forma velada culpó a la ex procuradora, Blanca Laura Villada, de querer aprehender a la periodista en agosto del 2005, ya que la captura fue girada en ese mes por la jueza Rosa Celia Pérez González, pues “en agosto me había ordenado (la procuradora) cumplir la orden inmediatamente, me mandó a un secretario y le dije ‘ahorita no puedo’”.

La ‘verdad’ de Karam: era una orden de aprehensión más

Karam relató que en 2005 tenía un récord de órdenes de aprehensión y 25 órdenes de captura pendientes, entre ellas la de Cacho, pero todas “eran foráneas e insignificantes en temas delictivos”, como la de difamación y calumnia en contra de la periodista.

Relató que el 16 de diciembre del 2005 se cumplió con la orden que había girado la jueza Rosa Celia Pérez González, mejor conocida como la ‘jueza del escándalo’, por lo que su dependencia sólo cumplió con un mandato.

Al igual exhortó a Marín de la captura de Cacho, ya que aseguró que nunca recibió alguna orden por parte del mandatario ni directamente y menos indirectamente. Es más, aseguró que Marín no sabía que habían ido por la activista a Cancún, Quintana Roo.

“El 16 de diciembre me habló el gobernador del estado (Mario Marín Torres) en el que me pregunta si yo había mandado a detener a Lydia María Cacho Ribeiro, porque el gobernador no sabía. Y le dije ‘no lo sé, deja revisar’. Entonces checo con el comandante del área de cumplimiento de órdenes de aprehensión y me dice que hay una orden a nombre de esa señora. Y me dice ‘ya viene en camino desde Cancún’. Me comunicó con el gobernador y le confirmó que sí había una orden que se libró”.

Mencionó que una vez que concluyó el traslado de Quintana Roo a Puebla habló con Cacho como 40 minutos en su oficina ubicada en la Procuraduría General del Estado, y que ella negó en todo momento que haya sido torturada, es más, aseguró que los derechos jamás fueron violentados. Por último, retó a Cacho a un polígrafo cara a cara para que desmienta que fue torturada por la entonces Policía Judicial de Puebla.

Cabe destacar que el pasado 11 de abril de este año la magistrada de Quintana Roo, María Elena Suárez Préstamo, giró una orden de aprehensión contra Karam, Mario Marín y Kamel Nacif por el delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho.

A principios de año la Comisión de Derechos Humanos de la ONU exigió al gobierno de México que reabriera el caso, puesto que no había sido procesado de manera debida, por lo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le ofreció una disculpa pública a la periodista por la aprehensión que realizó el gobierno de Marín en 2005.

Ni sabía que era periodista, dice Karam

El ex funcionario marinista aseveró que desconocía que Cacho fuera periodista, mencionó que quien le dijo fue el ex gobernador de Puebla, al enterarse por los medios de comunicación que la habían aprehendido en Cancún.

“Y me comenta el gobernador, es una periodista, y yo no sabía. Y me están hablando periodistas nacionales como Carlos Loret de Mola para decirme que si nosotros traemos detenida a su amiga y cosas así. Y le dije, bueno, diles que sí y voy a verificar que todo vaya conforme a los protocolos de la Policía Judicial, para que siempre se respete los derechos humanos y las garantías de todos los detenidos”.

Por lo que dijo que le pidió a Juan Sánchez Moreno, comandante del área de cumplimiento de órdenes de aprehensión, no violentar los derechos de Cacho y hacerle “agradable el traslado”.

Le ordenó al comandante que verificara la ruta que trae, porque “me dice nuevamente en una segunda llamada del gobernador (Mario Marín Torres) que la señora traía escoltas de la Procuraduría General de la República, de la Policía Federal, de la Agencia General de Investigaciones porque tenía amenazas de muerte, por las organizaciones que ella defendía. Y me dice ten mucho cuidado porque la señora tiene amenazas, más que otro tema fue resguardarla, verificar y ponerlos en la alerta alguna situación que atente contra la integridad de la señora”.

‘Se comió un pollo completo y le dimos jarabe para la garganta y hasta yo los pagué’

Karam narró que, durante el trayecto de Lydia Cacho de Cancún a Puebla, su traslado fue agradable a tal grado que hasta se comió un “pollo completito” y él los pagó, por lo que dice que tiene las pruebas. Además de que no estuvo sin comunicación, pues habló y recibió llamadas.

“En el camino dice que tiene malestar en la garganta, le compraron un jarabe Broncolín, unas perlas de Tesalón, las cuales tengo las facturas, para que se sintiera mejor, cuando tenían hambre se pararon en otro poblado y la señora se comió un pollo completo”.

Manifestó que la activista todo el tiempo estuvo en comunicación con sus allegados, es más, hasta habló con el procurador general de la República (ahora FGR), Daniel Francisco Cabeza de Vaca, para culparlo de su detención.

“La señora se gasta en esa época 500 pesos haciendo llamadas a la embajada de España, al periódico El Universal, hizo y recibió llamadas. E incluso le reclamó a Cabeza de Vaca, le reclamó con palabras altisonantes que ‘eres un pendejo, los judiciales me acaban de detener y tus judiciales no hicieron nada’”.