En medio de incógnitas y sospechas, este viernes la SCT presentará su informe final sobre los hallazgos en los restos de la aeronave que se desplomó el pasado 24 de diciembre y en el que viajaban Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle, donde lo único que está descartado como causa del desplome es un posible atentado, después de que el pasado 8 de octubre Javier Jiménez Espriú se comprometiera a ello durante la conferencia ‘mañanera’ del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Suman ya 10 meses desde que la entonces gobernadora del estado Martha Erika Alonso, el senador Rafael Moreno Valle, su asistente personal Héctor Baltazar, y los pilotos Roberto Coppe y Marco Tavera, perdieron la vida durante el incidente aéreo, al caer la aeronave en la que viajaba con dirección a México, desplomándose a más de 10 mil pies de altura sobre terrenos de cultivo del municipio de Santa María Coronango a tan sólo 10 minutos de haber despegado de la casa del empresario ‘Pepe’ Chedraui.

Sin embargo, no existe al momento una teoría sustentada sobre lo ocurrido, pues las autoridades federales y los diferentes laboratorios extranjeros no han encontrado ningún indicio que verifique cuáles fueron las causas del ‘helicopterazo’, deambulando entre teorías como la falla de la tijera del rotor, una refacción ‘pirata’, el estallido de la batería principal y, la más reciente, una posible falla en los actuadores lineales.

La zona de impacto permaneció bajo custodia de militares por al menos una semana hasta que se logró recuperar toda la evidencia que quedó esparcida por el terreno ubicado en las inmediaciones del cerro de ‘La Chimenea’.

Un mes pasó desde el supuesto accidente, cuando el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, calificó el hecho como ‘inusual’ debido a la forma en cómo cayó la aeronave con matrícula XA-BON con un ángulo de 60 grados sobre su ‘nariz’, formando un boquete de al menos cinco metros provocado por las aspas del rotor principal.

Las inconsistencias y misterios de la investigación

De acuerdo con la bitácora de vuelo, la aeronave Agusta Westland despegó del helipuerto de ‘Las Animas’ alrededor de las 14:26 horas, aproximadamente, del pasado 24 de diciembre, para desplomarse entre las 14:36 y 14:39 del mismo día. Sin embargo esto fue una falacia, pues desde el helipuerto no existía registro alguno del despegue de la aeronave en la que viajaban los ‘Moreno Valle’.

A finales de febrero, las autoridades federales confirmaron que el Agusta despegó desde la casa del empresario y ex legislador José Chedraui, misma que era ocupada como un helipuerto privado por parte de la pareja de políticos poblanos, según videos mostrados por la Fiscalía General del Estado (FGE).

Otra inconsistencia fue que tan sólo un día después del accidente, el 25 de diciembre, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, dijo que la Secretaría de Marina, por medio de “sus peritos en materia de incendios y explosivos, después de un análisis exhaustivo y cuidadoso de los restos de la aeronave, no encontraron explosivos o sustancias ajenas al combustible que hayan explosionado dentro de la aeronave accidentada”; mismo que actualmente se encuentra extraviado, lo que acrecenta la sospecha de un posible ‘magnicidio’.

Uno de los principales misterios, además de la ubicación del dictamen de explosivos, fue el por qué la aeronave viajaba con el transpoder apagado, instrumento que permite la localización de la aeronave para todos los radares, de acuerdo con fuentes del Aeropuerto Internacional de Puebla, quienes lo consideraron una anomalía mayúscula imposible de ignorar para un capitán de la experiencia que tenía Roberto Coppe, pues al tener este instrumento ‘apagado’, fue imposible por parte del piloto mandar una señal de ‘mayday’, auxilio.

Teorías desbancadas

Además de la SCT, a través de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGA) en la investigación han participado diferentes grupos de investigadores especialistas como lo son: Trasportation Safety Board (TSB) de Canadá, la Agenzia Nazionale per la Sicurezza del Volo (ANSV) de Italia, la National Transportation Safety Board (NTSB) de USA y la European Union Aviation Safety Agency (EASA) de Europa.

Asimismo, ha existido colaboración por parte de las empresas fabricantes Leonard Helicopter Division (LHD) y Logic en Italia, Patt & Whitney y Safran en Canadá, así como Honeywell Aerospace y Collins en Estados Unidos. Todos ellos descartaron en primera instancia fallas en los rotores, motores, controles, transmisión y caja de 90 grados, por lo que surgieron varias hipótesis.

La primera, evidenciada por Tv Azteca, fue la falla de la tijera del rotor; la segunda se trató de una supuesta refacción ‘chafa’ colocada por la empresa Rotor Flight Services; y la tercera el estallido de la batería principal, mismas que han sido descartadas por los especialistas, dejando actualmente sobre vilo alguna falla en los actuadores lineales.

Este día, según las autoridades, se emitirá un informe final con los hallazgos y resultados por parte de los especialistas; sin embargo no será definitivo ya que falta integrar las investigaciones por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) y de la Fiscalía General de la República (FGR) para dar a conocer la versión final.