Hay quienes ven muchos problemas con esta medida. Por un lado, la dificultad de reclutar profesionistas altamente calificados en el servicio público se complica, ya que los sueldos en el sector privado son más altos.

Se dice que los altos sueldos existían como desincentivo para la corrupción y que dicha medida no ha resultado. Pero cuando no alcanza para pagar colegiaturas, gasolina, servicios básicos y demás, la tentación por aprovechar el cargo y hacer uso de las influencias aumenta. La corrupción más grande en la burocracia viene a través de contratos, no de sueldos.

En la lista de cosas obligatorias, permitidas y no permitidas que dio AMLO, señala la obligatoriedad a ocho horas de trabajo. Es curioso, porque justo los niveles más altos y las contrataciones de confianza trabajan muchas más horas.

También se hace énfasis en los excesos que existen por viáticos, comidas y otros lujos. Lo que es cierto es que los justos pagan por los pecadores; ya que muchos de estos viáticos existen porque como parte del trabajo hay comidas y viajes, los cuales en iniciativa privada también se cubren.

En el caso de seguros médicos privados no se considera que se empezaron a contratar de manera centralizada porque una compra consolidada consigue mejores condiciones que una compra pulverizada. Ahora, cada funcionario lo podrá contratar por su parte y lo que se logrará es pagarles más a las aseguradoras por lo mismo.

Yo apoyo la decisión de disminuir los excesos y predicar con el ejemplo. Pero desafortunadamente estas medidas no creo que se reflejen en mayor eficiencia de la burocracia ni en mejor trabajo.

Las ineficiencias en la burocracia vienen cuando hay muchísimas secretarias y en realidad con la tecnología cualquier funcionario podría llevar su agenda, hacer llamadas, redactar correos y completar su trabajo, como sucede en la iniciativa privada. Lo lento de la burocracia viene cuando cualquier documento tiene que ser sellado físicamente por tres departamentos distintos. Las ineficiencias existen cuando los equipos de cómputo y el software son viejos, lentos y anticuados; cuando los funcionarios no tienen capacitación; cuando no hay internet.

Ahora, como en el amor, siempre hay un roto para un descosido. Seguramente se abrirán oportunidades para muchos que no las tenían antes y que están dispuestos a trabajar bajo esas condiciones. Pero no estoy muy segura de que tendrán la experiencia y los conocimientos de otros funcionarios y la curva de aprendizaje puede ser costosa. También hay quienes sólo el amor por servir a la patria y la oportunidad de participar en las decisiones de gobierno les es suficiente.

De mi parte, como muchos funcionarios públicos, me inquietan estas medidas que me parece que hacen más ruido y resuelven muy poco. El objetivo debe ser hacer más eficiente al gobierno y si se requieren recortar plazas o salarios, que así sea, pero basado en un análisis en la práctica de las funciones, obligaciones, responsabilidades de cada quien.