Domingo, 28 de Abril del 2024
Indicador Político

Como se había visto en el gobierno de Luis Echeverría y luego en el de Carlos Salinas de Gortari, los intelectuales han regresado hoy a las andadas: ante la imposibilidad de un socialismo, los hombres de letras regresan al poder del brazo del populismo como ‘placebo’ revolucionario.

1.- El debate comenzó el péndulo negativo de Andrés Manuel López Obrador. Era obvio, a pesar de que se escribió que los debates por televisión eran negativos al tabasqueño no sólo por su impericia en el manejo de medios en pantalla, sino por su arrogancia de sentirse imbatible. De nueva cuenta no se preparó y resultó dañado.

Como si fueran los sinodales de un examen a nivel profesional, los poderes fácticos han aparecido para condicionar los márgenes de maniobra de los candidatos presidenciales. Por tanto, las promesas populares están pasando a segundo lugar.

El ganador, el verdadero ganador, el único ganador del debate, fue… Enrique Peña Nieto, porque en Los Pinos esperaban que lo metieran en el hoyo de las críticas, las burlas y las acusaciones. Lo más sorprendente fue que ninguno de los candidatos de oposición sacó a relucir la ‘Casa Blanca’ ni los 43 de Ayotzinapa. Peña Nieto salió sin ningún raspón. Mejor…, imposible.

Los candidatos a la presidencia andan tras el poder, no en busca de una salida del hoyo de la crisis mexicana. La realidad suele dar portazos a quienes se preparan sólo para destruir al adversario, no para ofrecer soluciones a las crisis nacionales.

El debate de ayer dejó en el aire la parte más vulnerable del proyecto político de Andrés Manuel López Obrador: la inviabilidad práctica de su populismo caudillista.

1.- La tercera semana cerró con tres indicios tipo orilla del precipicio: López Obrador adelantó su agenda autoritaria y abrió frentes de conflicto; el segundo lugar en encuestas fue para Anaya; y el mensaje del electorado ha sido muy claro: “cualquiera menos el PRI”.

El primer debate entre cinco candidatos será la última oportunidad del panista-perredista Ricardo Anaya Cortés para catapultar su segundo sitio electoral. Y no tiene más propuesta que la de Miguel Ángel Mancera para construir el frente: cambio de régimen y gobierno de coalición.

Si hay en el ambiente electoral cuando menos una treintena de encuestas que hay que seguir para tener una idea de la tendencia de votos, la disparidad en las cifras contribuye a la confusión; cada metodología tiene un ganador y no siempre es el mismo.

Las piezas se están acomodando para una tormenta perfecta favorable a Andrés Manuel López Obrador: el conflicto postelectoral. El Tribunal Electoral y el Instituto Nacional Electoral han manipulado y manoseado el proceso para favorecer al PRI, por lo que el candidato de Morena ya tiene el ambiente para denunciar irregularidades que lleven a la anulación de los resultados si perdiera las votaciones.

Ahora que los candidatos presidenciales acumulan declaraciones vacías sobre seguridad ante su incapacidad para entender la crisis de violencia criminal como asunto de Estado, un reciente dato podría fijar algunas coordenadas: la actividad económica con potencialidad de desarrollo crea un anillo contra la criminalidad.

1.- La nota de la semana no fue la espectacular victoria de Jaime Rodríguez ‘El Bronco’ para meterse en la boleta electoral presidencial, sino la certeza de que el Tribunal Electoral y el Instituto Nacional Electoral fueron penetrados por intereses priistas, perdieron credibilidad y no tienen el control del proceso.

La espectacular decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para obligar al registro de Jaime Rodríguez ‘El Bronco’ como candidato independiente sin tomar en cuenta lo fraudulento de sus firmas debe tener una lectura estratégica con las nuevas “pruebas” de la PGR contra el candidato panista-perredista Ricardo Anaya Cortés.

Para Renata, un sol que nace en el horizonte

El discurso del presidente Peña Nieto contra el presidente Donald Trump fue la salida retórica del menguado nacionalismo priista y no una redefinición de la relación geoestratégica de poder y de seguridad nacional con la Casa Blanca.

1.- La primera semana de campaña oficial era vital para Ricardo Anaya y José Antonio Meade, pero el arranque formal de sus campañas fue ‘aguado’. Si siguen igual, no podrán destronar a López Obrador.