Cada uno tiene su peso y obliga a un amplio análisis y reflexión.

 

No se vale desperdiciar ninguno, usted y yo tenemos coincidencias en algunos y discrepancias en otros. Lo importante es saber exponer racionalmente nuestros puntos sin llegar a la confrontación y mucho menos a la polarización que los últimos tiempos ha estado presente en torno al tema político, y se entiende porque a todos nos atañe, tanto en forma directa como indirecta.

 

Repasemos:

 

El aeropuerto, ¿usted ya se preparó para contestar en la gran consulta?

 

Sobre el particular sólo le comento que a mí me encanta ir al aeropuerto con maleta en mano para salir a cualquier parte como destino de paseo.

 

Pero que tenga la capacidad para dar una opinión, definitivamente no perderé el tiempo ‘desojando una margarita’.

 

El tren Maya, como dicen los jóvenes “será paaadriiiisimo para acortar distancias e ir a pasear”, a lo mejor a mí ya ni me tocará, hay que ser sinceros.

 

Sobre las aguas, si se cancelarán concesiones, yo sólo pido que cuando abra la llave siempre haya, que no la encarezcan y que tampoco sea utilizada como arma política ni para enriquecimiento de unos cuantos. Y desde luego, que nadie padezca por el vital líquido.

 

Los supersalarios de servidores públicos, pues bueno, que no exageren y que verdaderamente cumplan con servirnos y que hagan acopio de paciencia para entender a los que tienen pendientes y están ubicados al otro lado de su escritorio. Ah, y que de paso no se ‘despachen con la cuchara grande’; recordando los casos de los Duarte, Yunes, Moreira y tantos que me disculpo por no incluirlos.

 

¿Los tenis de la alcaldesa? Ya es hora de ser serios y exigir resultados en la gestión, en lo personal en nada me afectan si compruebo que logra controlar la seguridad, atender todos los baches, dignificar las calles, garantizar el alumbrado, en fin. ¡Que siga con sus cómodos tenis!

 

La legalización de los matrimonios igualitarios, el consumo de marihuana y el aborto, que los autoricen, al final de cuentas no va a ser por decreto que tenga que dejar a mi marido para casarme con otra mujer, no me puedo embarazar, menos abortar y no me voy a fumar un ‘churro’ cada día.

 

En un país tan amplio en el que “están garantizadas” nuestras libertades, respetémonos los unos a los otros.

 

Frase muy sencilla, pero que por momentos resulta un verdadero reto.

 

Pongamos disposición y sumemos voluntades para que quepamos en este gigantesco mosaico en el que todos tenemos un lugar.