Martes, 08 de Octubre del 2024

2018: el año en que Morena se adueñó del Congreso local y lo volvió un circo

Domingo, 23 Diciembre 2018 19:22
2018: el año en que Morena se adueñó del Congreso local y lo volvió un circo

Las sesiones del Congreso local de la LX Legislatura han estado envueltas en escándalos de diversa índole, pues los diputados morenistas han aprovechado su mayoría legislativa para atacar a la oposición

Berenice Martínez / Luis García

@bereymar / @luis_ggarnica



Al cierre de 2018 el Congreso del Estado se convirtió en un centro de espectáculos: hubo ‘circo, maroma y payasos’ de parte de los diputados. Surgió un bloque de legisladores que recibieron el mote de ‘barbosistas’, quienes no escatimaron en hacer drama.


Los diputados de Morena, PT y Encuentro Social se adueñaron del Congreso del Estado con sus 22 curules, aplicaron la clásica ‘aplanadora legislativa’, pues durante el primer periodo de sesiones aprobaron a diestra y siniestra varias iniciativas, como la abrogación de la ‘Ley Bala’, la ‘Ley de Expropiación Exprés’ y la desaparición de la ‘Ley anti Banck’.


El bloque que encabeza Morena incluso se ‘agandalló’ la Mesa Directiva, la Junta de Gobierno y Coordinación Política y 14 presidencias de las comisiones más importantes, entre las que se encuentran Gobernación, Presupuesto, Instructora e Inspectora, de la que obtuvo el control el diputado del PT, José Juan Espinosa, tras un pleito interno.


Los legisladores de Juntos Haremos Historia hicieron el ridículo cuando se declararon en huelga de brazos caídos en rechazo al triunfo de Martha Erika Alonso; además, tras su negativa de tomar protesta ante el Congreso, la chantajearon con el retraso de la aprobación del Presupuesto 2019 para que aceptara una reunión con la Secretaría de Gobernación federal.


Los morenistas han utilizado el Congreso local como buzón de quejas, ya que aseguraron que las diputadas Nora Merino y Tonantzin Fernández fueron acosadas por jóvenes “enviados” por los legisladores del PAN, Marcelo García y Oswaldo Jiménez. Al final quedó en ‘dimes y diretes’ y no se presentó una denuncia formal.



El pasado 4 de diciembre se confirmó el ‘agandalle’ de los diputados ‘barbosistas’, pues José Juan Espinosa y Gabriel Biestro avalaron reformas a la Ley Orgánica del Poder Legislativo para perpetuarse por un año al frente de la Mesa Directiva y por tres años en la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jucopo), respectivamente.


En fast track aprobaron modificar los artículos 64, 67 y 97 de dicha ley para entregar el control absoluto de la LX Legislatura a los diputados de Morena y PT.



Desde el 15 de septiembre, cuando inició la Sexagésima Legislatura, Morena y sus partidos aliados han aplicado sin miramientos la ‘aplanadora’ al puro estilo priista, pues presentaron iniciativas en comisiones y en el Pleno y las aprobaron por mayoría de votos.


Las más importantes son la abrogación de la Ley para Proteger los Derechos Humanos y que regula el Uso Legítimo de la Fuerza por parte de los Elementos de las Instituciones Policiales del Estado de Puebla, mejor conocida como ‘Ley Bala’, que entró en vigor el 19 de mayo del 2014 durante el gobierno de Rafael Moreno Valle, y la reforma al artículo 52 de la Ley Orgánica Municipal, que devolvió la facultad a los ayuntamientos para nombrar al alcalde sustituto en caso de ausencia definitiva del presidente municipal.



Además de quedarse con la presidencia de la Mesa Directiva y la Junta de Gobierno y Coordinación Política, los ‘barbosistas’ se adueñaron de las presidencias de un comité y las comisiones más importantes, como Gobernación, Presupuesto, Procuración y Administración de Justicia y la Inspectora, que se encarga de revisar las cuentas públicas.


El 19 de septiembre se dio el reparto de las 36 comisiones y los cinco comités; Morena se adueñó de 15 de estos organismos; el PT de cuatro y Encuentro Social sólo de tres, lo cual dejó al PAN con cinco, tres para el PRD, tres para Nueva Alianza y una para Movimiento Ciudadano y Compromiso por Puebla, respectivamente.



El ex presidente municipal de Cholula provocó el primer rompimiento del bloque morenista cuando el 18 de septiembre generó roces por la repartición de las presidencias de las comisiones y durante una reunión a puerta cerrada se gritoneó con Héctor Alonso, Gabriel Biestro y Emilio Maurer por la presidencia de la Comisión Inspectora.


Un día después se confirmó el nombramiento de Espinosa, quien hasta la fecha, y cuando le acomoda, ha quitado el derecho de tomar la palabra en tribuna a diputados de la oposición y ha faltado al procedimiento para presentar iniciativas, como acusaron el PRI y el PAN.



El 10 de diciembre, los 22 legisladores de Juntos Haremos Historia, en voz de José Juan Espinosa, se declararon en huelga de brazos caídos en rechazo al triunfo de la gobernadora Martha Erika Alonso, con el propósito de retrasar la discusión del Presupuesto para 2019.


Las críticas no se hicieron esperar y los demás diputados condenaron la actitud de los ‘barbosistas’, quienes incluso convocaron a sesión el 14 de diciembre para esperar la toma de protesta al cargo de la gobernadora, a pesar de saber que ella no acudiría.



La paranoia del bloque morenista se dejó ver el 25 de octubre, cuando el presidente de la Mesa Directiva pidió a la Secretaría de Gobierno protección para los 22 diputados, pues acusó que por lo menos ocho habían sido amenazados; entre ellos, Olga Lucía Romero, quien tuvo que ser rescatada por la Policía Estatal mientras estaba en un hotel.


Además, dijo que tres diputadas, cuyo nombre no reveló –aunque después se supo que se trataba de Nora Merino, Tonantzin Fernández y Vianey García-, habían sido acosadas por jóvenes contratados por los diputados Marcelo García y Oswaldo Jiménez, quienes les tomaban fotos en situaciones incomodas como rascándose la nariz o al ir al baño.



En los tres meses que lleva la Sexagésima Legislatura, sus ganas de revanchismo, la falta de experiencia en los procedimientos y en la argumentación de los legisladores de Juntos Haremos Historia fueron exhibidas por el ex gobernador Antonio Gali Fayad, pues realizó ocho observaciones a todas y cada una de las reformas que con su mayoría simple aprobaron.


La reforma para recortar de manera ‘mañosa’ el presupuesto de la Auditoría, las reformas a la Ley del Agua, la abrogación de la ‘Ley Bala’, la reforma a la Ley Orgánica de la FGE para remover a Gilberto Higuera, por mencionar algunas, fueron las modificaciones realizadas a las que el ex Ejecutivo poblano aplicó el veto constitucional.



La muestra clara de la tensión y ambiente hostil propiciado por José Juan Espinosa en los escasos meses que lleva la Legislatura comandada por Morena se dio el 20 de noviembre. Bravucón como él solo, Espinosa Torres provocó a Carlos Morales de Movimiento Ciudadano, lo cual generó un pleito entre ambos en el que llegaron a los golpes.


Una vez contagiados de la altanería de José Juan, hasta el asistente de Gabriel Biestro, Sebastián Pérez Justos, con desdén tachó a los legisladores del Frente de ‘don nadies’. Lo anterior provocó el enojo de Gerardo Islas, quien le dio una cachetada, haciendo así que el ‘importantísimo’ colaborador de Morena perdiera sus lentes del golpe.


Con esto, la Sexagésima Legislatura protagonizó el peor zafarrancho que ha tenido el Congreso local en años.



Aunque Espinosa Torres ha desquiciado a todos en tres meses, los diputados de Por Puebla al Frente eligieron el peor pretexto para revelarse en su contra, pues luego de que éste llamara “pinche” al Tren Turístico, los morenovallistas desataron un zafarrancho para protestar en contra de la ‘Ley Mordaza’ que el morenista impone sesión tras sesión, al interrumpir sus intervenciones o dejándolos con la palabra en la boca.


Histéricos, luego de que José Juan impidiera la participación de algunos diputados de la minoría, los representantes del PRI, MC, PAN, PRD y Compromiso por Puebla tomaron el Pleno del Congreso a gritos para manotearle en la Mesa a Espinosa Torres y arrebatarle la campana y el micrófono que utiliza para censurarlos.



Gerardo Islas; Marcelo García Almaguer; Oswaldo Jiménez; su compañero de bancada; Héctor Alonso; el ex funcionario Roberto Trewartha y hasta los ex secretarios Xabier Albizuri y Jesús Morales han sido algunos de los personajes que han tenido que lidiar con el protagonismo y la bravuconería de Espinosa Torres


Sin contar los golpes a los que llegó con Carlos Morales, José Juan se ha hecho de palabras, ha provocado y hasta ha encarado a diputados y funcionaros por igual, amparado por Gabriel Biestro, quien ha preferido solapar estas conductas del diputado siglado por el PT.



Gerardo Islas Maldonado y Héctor Alonso Granados también usaron el Pleno del Poder Legislativo local para rasgarse las medias.


En diversas ocasiones ambos diputados aprovecharon sus intervenciones en tribuna para atacarse entre sí.


Mientras que Islas Maldonado elevaba el debate para tachar al legislador de Morena de corrupto, traidor, incongruente y hasta de cazafortunas por casarse con la hija de un líder sindical, Alonso Granados hizo lo propio calificando al morenovallista de ‘mirrey’, zalamero, ‘agachón’ y ‘muerto de hambre’.