javier arellano Javier Arellano
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2024: la segunda gran derrota del panismo

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2024: la segunda gran derrota del panismo
2024: la segunda gran derrota del panismo

La derecha, ese grupo ideológico y empresarial con añeja tradición histórica tiene un especial feudo en la ciudad de Puebla, sin embargo nunca ha logrado permear en la entidad.

Con una visión centralista y hermética la derecha poblana se atrinchera en la Angelópolis y esto le impide dar el salto al verdadero poder.

El panismo poblano ha tenido dos grandes derrotas.

La primera fue el morenovallismo. Rafael nunca fue panista; era un sujeto extremadamente pragmático y utilitarista que usó las siglas del PAN para llegar a la gubernatura.

Y lo logró gracias a la operación política y electoral que le brindó su benefactora Elba Esther Gordillo, quien tampoco es panista.

Rafael y su madrina compartían una genética plenamente priista y se abrió paso ante una militancia albiazul sumisa y abyecta que jamás supo lo que hacía.

En su momento pocas voces se alzaron para señalar lo que sucedía. Ana Teresa Aranda Orozco fue una de ellas cuando decía que Rafael solo estaba pintado de azul.

Con los años el mandatario y sedicente panista le fue tirando mendrugos a algunos militantes tradicionales; pero los grandes cargos, las jugosas rebanadas, los cuantiosos negocios siempre fueron para su primer círculo, en el que por supuesto no había panistas.

La elección de 2010 y la asunción del morenovallismo deben leerse como la primera gran derrota moral del panismo cuyas siglas solamente fueron utilizadas como un auto de alquiler para llegar a Casa Puebla.

Los cuadros azules destacados recibieron alguna pequeña rebanada del pastel con el alto precio de ser sobajados y maltratados.

Repetimos Rafael y Martha Erika nunca fueron panistas; como tampoco lo era la burbuja con que gobernó.

Luego de la caída del helicóptero Agusta el morenovallismo y el panismo -entes diferentes-, se opacaron y doblaron ante la ola de Morena.

Empero, sin Rafael el panismo tradicional y ortodoxo tenía toda la oportunidad para reconstituirse, para retomar su ideario y esencia; para volver a emprender la cruzada por la gran silla de Casa Aguayo.

Pero ningún panista -repetimos ninguno-, tuvo la visión y agudeza para trazar una ruta a la gubernatura.

El mismo Eduardo Rivera Pérez fue el primero en encerrarse en su despacho del ‘Charlie Hall’. Simplemente nadie podía sacarlo de ahí.

Es claro que Rivera carece de visión estatal y también estaba muy absorto en los negocios.

En los hechos nunca tuvo la perspectiva para construir una estructura, un andamiaje en la entidad.

Y no solo él. De todos los cuadros notables e insignes ninguno tuvo la visión de aprovechar, de utilizar los cimientos y castillos que dejó Moreno Valle.

La segunda gran derrota del panismo se puede considerar una tragedia de dimensión literaria: aún sin Rafael los protagonistas azules fueron incapaces de construir un armazón estatal propio.

Ninguna y ninguno tiene la estatura. Solo son otros pasajeros más que van cómodamente recostados en los mullidos asientos de un Uber azul.

Pero jamás tuvieron la visión y mucho menos la ambición para construir un proyecto semejante al de su finado patriarca.

Estamos ante un panismo adocenado.

Los bríos e ímpetus que sobran en Morena son los que faltan en el albiazul.

En unos días Rivera Pérez será derrotado en las urnas. En público culpará a todos; denunciará una elección de Estado, acusará que todo el aparato oficial se lanzó en su contra.

Pero nunca reconocerá que en los últimos 20 años de su trayectoria fue incapaz de crear una estrategia propia y se olvidó que hay 216 municipios más allá de Amalucan.

No aceptará que tuvo dos décadas para levantar un andamiaje propio y jamás lo hizo.

Es cierto que Moreno Valle lo tenía maniatado y amordazado. Pero cuando ya no estaba Rafael, Lalo se siguió exhibiendo como el representante de un panismo débil; un grupo que jamás ha tenido los tamaños para ir por la gran batalla.

En el fondo el albiazul sigue haciendo el mismo papel de Ricardo Villa Escalera.

Los resultados de 2024 serán su segunda gran derrota moral.

Al tiempo.

Como siempre quedo a tus órdenes.

X @CupulaPuebla

cupula99@yahoo.com

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javier arellano

Javier Arellano

Experimentado periodista de Tehuacán con una trayectoria de 30 años en prensa y radio; su columna Cúpula se publica desde el año 1998.