Suele suceder que cuando defines el mercado meta, este se subdivida por la capacidad de pago y quieras brindar una versión de tu producto o servicio que se adapte a las posibilidades de otro sector, incluso jugando con el riesgo de satisfacer un tema aspiracional, pero ten cuidado, si no sabes marcar de forma clara las diferencias, puede que pierdas a tu mercado premium.

Es muy común que cuando nos decidimos a arrancar un negocio lo hagamos con poco conocimiento, mucho temor y, si nunca antes habíamos vendido nada, hasta con pena de ofrecer nuestros productos y junto con ello, se nos puede ir la mano dando todo en pagos y muchas veces esa inversión nunca regresa.

Al muy particular estilo de las películas de Hollywood, el mundo entero se paralizó ante la caída de las plataformas digitales más importantes en los cinco continentes y eso, queridos lectores, es un tema que vale la pena analizar.

Es muy común que en estos tiempos de acelere y baja tolerancia a la frustración todo lo queramos de forma inmediata: la comida a domicilio, nuestra comunicación digital, el acumulamiento de likes en redes sociales, nuestras transacciones, nuestros viajes y traslados, pero, no todo puede ni debe ser así; y hablando de negocios… ¡MENOS!

Ésta es quizá una de las preguntas que pocas veces nos hacemos los emprendedores mientras construimos nuestro negocio, o incluso damos por hecho que será a nuestros hijos o cónyuge a quienes dejaremos nuestra empresa; pero eso no es algo que se pueda regalar a alguien, así como así.

Los tiempos de aislamiento, duelos y cambios abruptos en la forma de convivir, realizar nuestras actividades, el exceso de tiempo en casa adaptados a nuestros espacios, el manejo de nuestro tiempo y más, ha generado una nueva gama élite en los consumidores, hoy todos queremos más por menos y encima, esperamos poder intervenir en las decisiones para la elaboración de nuestro producto final.

Generalmente, si hablamos de la ley de la oferta y la demanda es muy común poner mayor énfasis en el tema del precio final de tu producto o servicio, pero en realidad, hay muchas otras circunstancias que pueden afectar tus ventas, posicionamiento, rapidez de crecimiento y naturalmente, el nivel de ingreso y liquidez de tu negocio.

Mucho hemos platicado sobre la planeación de un buen negocio, de tu producción, del área de finanzas y de todo aquello que te puede ayudar a lograr más rápido tus objetivos, pero, la capacitación de tu factor humano es vital para que tu empresa no se desplome.

Cierto es que estamos atravesando momentos complicados en muchos ámbitos de la vida, y hoy más que nunca, antes de reestructurar nuestros negocios, hábitos o cualquier proyecto, vale la pena edificarnos nuevamente como seres humanos, recordando que los negocios se hacen por personas, y si nosotros estamos bien, a nuestros negocios les irá bien.

Si bien es cierto que todas las áreas de nuestro negocio son importantes para crecer, existen dos que debes considerar por sobre todas y que podrían representar los cimientos de cualquier proyecto: micro, pequeño, mediano o grande y esas son la jurídica y la contable.