Los números no mienten; por primera vez en la historia reciente todas las empresas encuestadoras reflejan la supremacía de López Obrador. El priismo de Peña Nieto vuelca toda la fuerza del Estado para bajar a Ricardo Anaya. Sin embargo, ni siquiera así será posible posicionar a Meade como segunda fuerza política. Nunca como ahora AMLO mostró este profundo arrastre y liderazgo social. Sí, El Peje tiene la fuerza de una catarata social; pero en Puebla, su agrupación no está preparada para capitalizar ese colosal golpe de agua.

Una y otra vez la ‘comentocracia’ poblana se ha preguntado ¿De qué está hecha Martha Erika Alonso Hidalgo? ¿Tiene decisiones propias e independientes? Y de ser así ¿Qué tan independientes pueden ser? ¿Cómo es su carácter? ¿Cómo son sus decisiones?

En este momento la pregunta es: ¿Dónde quedó la sensibilidad de los dirigentes partidistas? Si hay un factor en común tanto en la coalición PAN, PRD, MC, denominada ‘Por México al Frente´, así como en el PRI de Estefan y Morena de Biestro es el profundo desaseo en sus sistemas de designación de candidatos. Estamos ante auténticos marraneros, en todos los partidos.

Hace unos meses en esta Cúpula apuntamos que estamos ante la muerte de las ideologías partidistas. Ya no hay identidad; la filiación ha perecido; todas las premisas de los fundadores del PRI, PAN, PRD han sido arrojadas al cesto de la basura. Estamos ante el empoderamiento del pragmatismo. Únicamente importa el fin; los medios sólo son un automóvil de alquiler; las ideologías quedaron como artículos decorativos en las oficinas de los dirigentes y candidatos.

Lo que sucede en este momento debe leerse en el mismo contexto del Estado de México. Aquella elección desarrollada en la tierra presidencial, en el feudo del Grupo Atlacomulco es el mismo modelo que se aplica en esta sucesión. Volcarán el aparato federal y todos los recursos para imponer a José Antonio Meade tal y como lo hicieron con Alfredo del Mazo Maza. Sólo que en este proceso hubo un agente que se atravesó, se llama Ricardo Anaya y es un elemento en proceso de demolición.  

Dice el sabio refrán: “De casta le viene al galgo” para señalar que un ‘júnior’ hereda las características, los rasgos y las costumbres de su progenitor. Y cuando el padre es un comensal de la política, que siempre vivió de cargos y encomiendas inmerecidas, la lógica nos indica que el hijo será exactamente igual.

Esta entrega de Cúpula tiene la intención de ver detrás de las cortinas; asomarse al trasfondo; escudriñar detrás de la fotografía para descubrir cuál es el verdadero rostro de Ricardo Anaya Cortés.

Sólo basta revisar a los protagonistas y líderes de los partidos políticos que contienden en este proceso electoral. A esto podemos añadir los principales sucesos de los años recientes. Estamos en una era de políticos estridentes, que hacen del protagonismo, el escándalo y la victimización su pivote de acción. Sólo pueden obtener la atención de los reflectores mediáticos cuando hacen una declaración incendiaria o cuando se presentan como víctimas de alguna de éstas.

El discurso es el origen de los hechos, las acciones, las transformaciones. En la pasada precampaña quedó claro que los discursos fueron ácidos, cáusticos, extremadamente virulentos. Pero hay que decirlo, eso es nada en comparación de lo que veremos próximamente. Las elecciones apenas están por arrancar y entonces se romperán las formas, el protocolo y el decoro.

La expresión popular es fiel y elocuente. Se refiere así a una persona volátil, de carácter fuerte, proclive a entrar en polémicas encendidas e incendiarias; alguien que no necesita muchos motivos para subirse al ring; el pueblo se refiere a estas personas como ‘de mecha corta’. Ésta es la verdadera personalidad de Martha Erika Alonso Hidalgo, quien no dejará de responder y contestar a los ataques en su contra.