Los últimos 12 presidentes que han liderado la Coparmex de Puebla (Confederación Patronal de la República Mexicana), al menos en los últimos 30 años, se han caracterizado por su espíritu combativo para defender desde la considerada cúpula del único sindicato patronal; los intereses de quienes hacen, fomentan y defienden a las empresas.
Apenas lleva 17 días como gobernador interino y el maestro de generaciones de políticos y abogados, Guillermo Pacheco Pulido, logra cambiar la percepción que los poblanos tenían sobre su gobernador. El ambiente ha cambiado a partir de la misma administración estatal en donde se ha vuelto la mirada hacia los gobernados que son los que mandatan.
Para expresarlo dignamente y con decoro.
Treinta millones de mexicanos le apostaron a Andrés Manuel López Obrador y conforme corren los días comprobamos que muchos de los que le dieron su voto están arrepentidos.
El proceso electoral del pasado domingo para decidir autoridades en las juntas auxiliares encendió la alerta de cómo van a resultar los tres meses de campaña y la elección de gobernador el próximo 2 de junio.
En este proceso de transformación que vivimos en Puebla, hasta ‘Don Goyo’ se hizo presente durante las primeras horas de la gestión del carismático político don Guillermo Pacheco Pulido.
Nuestros diputados locales recuperaron la sensatez al elegir como gobernador interino casi por unanimidad al abogado Guillermo Pacheco Pulido.
Parecía que había quedado en las páginas de la historia pero hoy confirmamos que no, que la cultura del ‘tapado’ está vigente al menos hoy día en Puebla para elegir a un gobernador interino que estará alrededor de 100 días en el cargo.
Mientras unos cuantos agazapados desde el Poder Legislativo manosean y posponen una y otra vez la designación de un gobernador interino para Puebla, la entidad continúa polarizándose con serios riesgos que los poblanos de hace medio siglo ya experimentaron.
Si el 2018 no se caracterizó por un buen año en lo económico, lo político y lo social, y todavía tuvimos un cerrojazo que nos enlutó, el 2019 está perfilado para tronar como una mala broma, lo poco o mucho que hemos podido concretar en todos los órdenes.
Mientras enfrentamos una polarización que día con día nos confronta y divide más en el camino para buscar "al mejor" para que nos gobierne, los poblanos volvemos a vivir la distracción, y el cinismo de algunos que en sus sueños "por querer hacer política" son capaces de echar machincuepas en el atrio de la Catedral para ganar notoriedad y vivir sus tres segundos de gloria para ser tomados en cuenta en el reparto de ‘chambas’, o para lograr algún negocio con aquello de que "nobleza obliga".