Similar operación propagandística se ha puesto en marcha estos días para contar la historia de un puñado de soldados del ejército ucraniano que resisten a duras penas en la gigantesca planta siderúrgica de Azovstal
El sábado 16, la ciudad de Puebla celebró su 491° aniversario; con tal motivo el día de ayer, el CIPAE y Doscientos Libres organizaron un conversatorio en el cual tuve el honor de participar. Este es un fragmento del mensaje que di para la ocasión:
El Acuerdo salvador planetario y las estrategias orientadas hacia la soberanía energética son, pues, esencialmente incompatibles; mientras uno aboga por clavarnos costosos artilugios ecofriendly
En su informe, los expertos confirmaron la teoría de Malthus; efectivamente, advirtieron, puesto que los recursos no renovables, la tierra cultivable o la capacidad de absorción de la polución de nuestro planeta no son ilimitados
En el caso ucraniano, el error de diseño fatal del belga—es decir, la vulnerabilidad de que el respeto a su neutralidad dependiera de la improbable buena fe de terceros—sería resuelto con la participación de los muy ecuánimes chinos.
La llamada Doctrina Canning se basaba en mantener al reino al margen de los conflictos que pudieran arrastrarlo a una confrontación de consecuencias catastróficas con las otras grandes potencias; así pues, desde el final de las Guerras napoleónicas hasta la Primera Guerra mundial
Quizá no ocurra con la algarabía que pronostica Fukuyama pero me parece que esta vez tiene razón y estamos presenciando, perplejos, el principio del fin del protagonismo de Rusia en Europa y, en consecuencia, el principio del fin de la historia
La cruzada personal de Putin contra una ideología que considera “contraria a los valores de la mayoría de los europeos” frustró la tesis de Fukuyama; la reacción encabezada por el nuevo gendarme de Europa
La súbita desmitificación de la invencibilidad de Rusia ha motivado la decisión de sus enemigos de enviar a la cuasi heroica Ucrania algo más que buenas vibras y la del zar ruso, de elevar el tono de sus amenazas a alturas desesperadas, en consecuencia.
El deseo de quien enseguida se revelaría como pretendiente a zar de todas las Rusias no era otro sino reconstruir la Gran Rusia que emergió victoriosa de la Segunda Guerra mundial.
El infierno es eso, repetición; es revivir el dolor, el sufrimiento, la desesperanza una y otra, y otra vez hasta que su violencia se haga costumbre.
La misma noche en que Napoleón entró a Moscú se declararon los primeros incendios, los cuales al cabo de unos pocos días consumirían dos tercios de la ciudad.
La fragmentación de los cárteles condujo al aumento exponencial de la violencia, sí, pero al mismo tiempo redujo significativamente la capacidad de estos de amenazar al Estado.
Entre 1848 y 1867, el Imperio Ruso perdió sus posesiones americanas retrocediendo físicamente desde la agradable California hasta la gélida orilla occidental del estrecho de Bering
El mundo conoció a Hugo Chávez, el primero de los integrantes del MBR-200 que hizo el solemne juramento ante el mítico samán
Pedro El Grande esbozó un plan maestro que reflejaba fielmente “el cambio lento pero inevitable del equilibrio de poderes en Eurasia” (Jean Meyer)